Traemos hoy a nuestro blog, la homilía que
nuestro Consiliario, Rvdo. Sr. D. Antonio Ruiz Pozo, predicó el pasado lunes en la Santa Misa, con
motivo del XXV Aniversario de la bendición de la imagen de Nuestro Padre Jesús
de la Bondad:
Celebramos
este año la Cofradía de la Flagelación el 25 aniversario de la bendición de la
Imagen de Jesús de la Bondad, titular de dicha cofradía, junto a la Santísima
Virgen del Consuelo. Bendición realizada por D. Eugenio Sánchez Vega, en el
marco de la Eucaristía que fue presidida por D. Tirso Garrido Laguna. Desde
entonces, la imagen de Jesús, Señor de la Bondad, tiene su sede en nuestra
Parroquia. Hoy, nos reunimos para dar gracias a Dios por ello y para
agradecerle todo el derroche de dones que, a través de esta sagrada imagen, nos
viene concediendo.
Sólo
Dios sabe cuántos niños, acompañados por
sus padres, habrán hecho su despertar religioso contemplando y lanzando besos a
esta Imagen. Sólo Dios sabe cuántos adolescentes y jóvenes habrán pedido –y
siguen pidiendo- luz y orientación en la vida que se les va abriendo y, ante la
cual, tantas veces no saben cómo orientarse. Solo Dios sabe cuántos
matrimonios, padres de familia, le habrán rogado por sus hijos, por sus
problemas familiares, cuántos le habrán suplicado ayuda en sus crisis
matrimoniales, laborales o de cualquier tipo. Sólo Dios sabe cuántos ancianos,
enfermos, cuántas personas amenazadas por graves enfermedades, o en vísperas de
una operación o ingreso en un hospital
le habrán rogado salud, consuelo, tranquilidad… Sólo Dios sabe cuántas son las
veces que venimos a darle gracias por motivos que están en el corazón de cada
uno. Sólo Dios sabe la bondad que sembramos a nuestro alrededor, como fruto de
la contemplación de la Bondad del Señor.
En
estos últimos domingos, en la celebración de la Eucaristía, estamos proclamado
el Evangelio del Sermón del Monte, que Jesús dirigió a sus discípulos. En él,
Jesús les dice a los suyos que han de ser LUZ y SAL en el mundo. En la vida hay
muncha gente desorientada: unos que andan a la búsqueda del sentido de la vida,
otros, ya cansados de buscar, y que se arrojan al fango hasta ser devorados por
toda clase de suciedades; otros, que viven sin fuste, sin alegría y sin
esperanza, arrastrándose de un lado para otro… Para todos ellos, vosotros
tenéis que ser LUZ y SAL.
Pero
tenéis que tener presente una cosa: No basta, ni mucho menos, que seáis de una
Cofradía para que os creáis ya preparados para ser luz y sal. Seréis luz y sal
en la medida en que estéis unidos al Señor y os empapéis de la Luz que sale de
Él. La luna, por sí misma, no puede alumbrar en la noche. Alumbra porque ha
llenado antes de la luz del sol. Vosotros, si queréis alumbrar desde la
Cofradía, tenéis que vivir unidos al Señor y llenaros de Él. Cuando estéis
llenos, hasta reventar, de la Luz de Cristo, podréis ser luz y sal para los
demás.
Que
aprovechemos este tiempo de cuaresma –ya próximo- , para acercarnos más al
Señor, para conocerlo más por nuestra lectura del Evangelio, para unirnos más a
Él, especialmente participando en los sacramentos de la Penitencia y de la
Eucaristía, para testimoniarlo con nuestras obras y palabras en medio de la
sociedad en la que nos ha tocado vivir.