El sábado, 25 de julio, fiesta de
Santiago, apóstol, en la Catedral, cuando a las 12:00 h. tañían las campanas
del templo de la Virgen del Prado, y con la canción «Ciudadanos del cielo» de
Deiss, comenzaba la misa, que presidía el obispo de la diócesis Gerardo Melgar,
y treinta cinco sacerdotes concelebrantes representando al presbiterio
diocesano. Han rezado por los fallecidos a causa de la pandemia, por sus
familiares, y para dar gracias a Dios por tantas buenas personas como han
ofrecido su servicio entregado a toda la sociedad.
Trescientas noventa y cinco personas,
que solo han podido acceder al templo con invitación expresa, han completado el
aforo permitido por las autoridades sanitarias para la situación especial que
estamos viviendo. Especialmente importante ha sido la presencia de doscientos
treinta y dos familiares de los fallecidos a causa de la COVID-19. También,
representantes de la vida política local, provincial y autonómica, autoridades
civiles y militares y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, además de
voluntarios de distintos organismos y de las residencias de ancianos de la
diócesis.
El obispo Melgar, en la homilía de la
misa, ha recordado, en primer lugar, a los fallecidos para «pedir por su eterno
descanso». Las circunstancias han sido muy difíciles «porque murieron en la más
tristes de las soledades, sin vuestra compañía, y no les habéis podido
demostrar con vuestro acompañamiento vuestro cariño y apoyo en estos últimos
momentos y como sus seres más queridos» señaló refiriéndose a los familiares.
También ha tenido palabras de profundo agradecimiento «a tantas personas que
nos han ayudado a todos a sobrellevar nuestro dolor con esperanza». Se refería
así especialmente a los sanitarios, pero también a tantos voluntarios y tantos
trabajadores como han seguido generosamente desarrollando su trabajo. Por
último, ha pedido por los mayores y por las residencias de ancianos y para que
los responsables de las decisiones se vean iluminados por el Señor para que
«por encima de ideologías y partidismos busquen, ante todo y sobre todo, el
bien común».
Al concluir la eucaristía, el obispo ha
invitado a seguir colaborando con el fondo de solidaridad por él instituido y
que ya lleva recaudados 187.000 euros que se destinan directamente a Cáritas
Diocesana. También, con la oración compuesta a Santa María del Prado por el
final de la pandemia, toda la Catedral ha elevado su plegaria a María, consuelo
de los afligidos para que abrace a todos sus hijos atribulados haciendo «que
Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida
pueda reanudar su curso normal con serenidad».
La eucaristía se ha retransmitido en
directo a través de la página de Facebook y el canal de YouTube de la diócesis.
Se ha incorporado también a la retransmisión Ciudad Real Tv e ImasTv.