viernes, 24 de febrero de 2017

HOMILIA DE LA MISA DEL XXV ANIVERSARIO DE LA BENDICIÓN DE NUESTRO PADRE JESÚS DE LA BONDAD



Traemos hoy a nuestro blog, la homilía que nuestro Consiliario, Rvdo. Sr. D. Antonio Ruiz Pozo,  predicó el pasado lunes en la Santa Misa, con motivo del XXV Aniversario de la bendición de la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Bondad:

Celebramos este año la Cofradía de la Flagelación el 25 aniversario de la bendición de la Imagen de Jesús de la Bondad, titular de dicha cofradía, junto a la Santísima Virgen del Consuelo. Bendición realizada por D. Eugenio Sánchez Vega, en el marco de la Eucaristía que fue presidida por D. Tirso Garrido Laguna. Desde entonces, la imagen de Jesús, Señor de la Bondad, tiene su sede en nuestra Parroquia. Hoy, nos reunimos para dar gracias a Dios por ello y para agradecerle todo el derroche de dones que, a través de esta sagrada imagen, nos viene concediendo.

Sólo Dios sabe  cuántos niños, acompañados por sus padres, habrán hecho su despertar religioso contemplando y lanzando besos a esta Imagen. Sólo Dios sabe cuántos adolescentes y jóvenes habrán pedido –y siguen pidiendo- luz y orientación en la vida que se les va abriendo y, ante la cual, tantas veces no saben cómo orientarse. Solo Dios sabe cuántos matrimonios, padres de familia, le habrán rogado por sus hijos, por sus problemas familiares, cuántos le habrán suplicado ayuda en sus crisis matrimoniales, laborales o de cualquier tipo. Sólo Dios sabe cuántos ancianos, enfermos, cuántas personas amenazadas por graves enfermedades, o en vísperas de una operación  o ingreso en un hospital le habrán rogado salud, consuelo, tranquilidad… Sólo Dios sabe cuántas son las veces que venimos a darle gracias por motivos que están en el corazón de cada uno. Sólo Dios sabe la bondad que sembramos a nuestro alrededor, como fruto de la contemplación de la Bondad del Señor.


En estos últimos domingos, en la celebración de la Eucaristía, estamos proclamado el Evangelio del Sermón del Monte, que Jesús dirigió a sus discípulos. En él, Jesús les dice a los suyos que han de ser LUZ y SAL en el mundo. En la vida hay muncha gente desorientada: unos que andan a la búsqueda del sentido de la vida, otros, ya cansados de buscar, y que se arrojan al fango hasta ser devorados por toda clase de suciedades; otros, que viven sin fuste, sin alegría y sin esperanza, arrastrándose de un lado para otro… Para todos ellos, vosotros tenéis que ser LUZ y SAL.

Pero tenéis que tener presente una cosa: No basta, ni mucho menos, que seáis de una Cofradía para que os creáis ya preparados para ser luz y sal. Seréis luz y sal en la medida en que estéis unidos al Señor y os empapéis de la Luz que sale de Él. La luna, por sí misma, no puede alumbrar en la noche. Alumbra porque ha llenado antes de la luz del sol. Vosotros, si queréis alumbrar desde la Cofradía, tenéis que vivir unidos al Señor y llenaros de Él. Cuando estéis llenos, hasta reventar, de la Luz de Cristo, podréis ser luz y sal para los demás.

Que aprovechemos este tiempo de cuaresma –ya próximo- , para acercarnos más al Señor, para conocerlo más por nuestra lectura del Evangelio, para unirnos más a Él, especialmente participando en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía, para testimoniarlo con nuestras obras y palabras en medio de la sociedad en la que nos ha tocado vivir.