martes, 9 de agosto de 2016

JUBILEO DE LOS ENFERMOS EN CIUDAD REAL



En la solemnidad de la Inmaculada Concepción del pasado año, el papa Francisco  inauguraba en San Pedro del Vaticano el Jubileo Extraordinario de la Misericordia abriendo la Puerta de la Misericordia para que «a través de la cual cualquiera que entre pueda experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza».

En la Bula de Convocatoria de este Año Jubilar, él mismo expresaba el motivo de la elección de esta fecha, decía: «Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el amor para que fuese la Madre del Redentor del hombre».

Así, la Virgen María, proseguía el Papa, «Elegida para ser la Madre del Hijo de Dios estuvo preparada desde siempre por el amor del Padre para ser Arca de la Alianza entre Dios y los hombres. Custodió en su corazón la divina misericordia en perfecta sintonía con su Hijo Jesús» y se convirtió en la testigo por excelencia de «que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin excluir a ninguno».

Cuando nos encontramos ya en las vísperas de la fiesta litúrgica  de la glorificación de María en su Asunción en cuerpo y alma al Cielo, la Caravana Blanca de este año jubilar quiere acercar ante la imagen bendita de la Virgen del Prado a sus hijos más queridos y necesitados, aquellos que participan, viven y forman parte del «mundo del dolor». Los acerca no solo para que físicamente la contemplen y se gocen delante de Ella, sino para que fundamentalmente experimenten en su interior la presencia de la Madre Buena que nos mira dulcemente a todos y nos conduce a su Hijo Jesús, redentor de una humanidad que necesita de la Misericordia del Padre.

Así pues, la Caravana Blanca 2016, en su cincuenta y dos edición, será la Caravana Jubilar en la que los enfermos y acompañantes podrán alcanzar la gracia del Jubileo por decisión expresa de nuestro obispo Don Gerardo.

Que la Virgen del Prado, Reina y Madre de Misericordia nos guíe y acompañe a todos para que podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.

Santiago Caballer González
Vicepresidente de la Hospitalidad Diocesana de Lourdes