Con el sol del verano aún brillando en
el cielo antes de refugiarse en el anochecer y desde el rincón de encanto que
ofrecen las faldas del parque de Gasset, salió de la iglesia parroquial de
Santo Tomás de Villanueva la procesión extraordinaria de Nuestro Padre Jesús de
la Bondad con motivo de su XXV aniversario. Así, el paso de Nuestro Padre Jesús
de la Bondad se adentró en el barrio de Pío XII, por calles que nunca ha
pisado, recogiendo el cobijo de su barrio, el calor de sus gentes, su esencia y
aflorando unos sentimientos que sólo dejan las ocasiones únicas, las primeras
veces, con su estela de fe ya inolvidable.
La Hermandad de la Flagelación brilló
ayer de manera especial en su salida procesional, por primera vez, desde su
sede canónica y durante un itinerario que recibió la ciudad a las puertas de la
estación otoñal. “Salimos todos los Miércoles Santos desde el guardapasos y es
la primera vez que sale la Hermandad desde la parroquia de Santo Tomás de Villanueva,
en salida extraordinaria, y también es la primera vez que va a pasar por las
calles de Pío XII, lo cual es un momento histórico”, afirmó momentos antes de
la salida el hermano mayor de la Flagelación, Emilio Martín Aguirre.
Los costaleros del paso de misterio y también
algunos del paso de palio de María Santísima del Consuelo recorrieron el
itinerario establecido con motivo de la ocasión, que contó con tres saludos de
especial simbolismo: en el primero, en el Camarín de la Virgen del Prado,
patrona de la ciudad y que celebra el 50 aniversario de la coronación, una
saeta lo recibió allí; el segundo, a las Hijas de María Inmaculada, en el
Pasaje de la Merced; y el tercero a la Hermandad de Nuestra Señora de las
Angustias, a la puerta de la Parroquia de la Merced.
M.
Lillo. La Tribuna de Ciudad Real, domingo 17 de septiembre de 2017, página 25