Cada 15 de agosto celebramos el dogma de
la Asunción de la Virgen María a los cielos, por ello ACI Prensa presenta cinco
claves que ayudarán a entender mejor esta verdad sobre la fe católica.
1.
Se debe conocer lo que significa un dogma
Un dogma es una verdad de fe absoluta,
definitiva, infalible, irrevocable e incuestionable revelada por Dios a través
de la Biblia o la Sagrada Tradición. Luego de ser proclamado no se puede
derogar o negar, ni por el Papa ni por decisión conciliar.
Para que una verdad se torne en dogma,
es necesario que sea propuesta de manera directa por la Iglesia Católica a los
fieles como parte de su fe y de su doctrina, a través de una definición solemne
e infalible por el Supremo Magisterio de la Iglesia.
2.
“Asunción” no significa lo mismo que “Ascensión”
Según la tradición y teología de la
Iglesia Católica, la Asunción es la celebración de cuando el cuerpo y alma de
la Virgen María fueron glorificados y llevados al Cielo al término de su vida
terrena. No debe ser confundido con la Ascensión, la cual se refiere a
Jesucristo.
Se dice que la resurrección de los
cuerpos se dará al final de los tiempos, pero en el caso de la Virgen María
este hecho fue anticipado por un singular privilegio.
Este dogma también es celebrado por la
Iglesia ortodoxa.
3.
El dogma se proclamó hace 70 años por Pío XII
Desde 1849 empezaron a llegar a la Santa
Sede diversas peticiones para que la Asunción de la Virgen sea declarada dogma
de fe. Fue el Papa Pío XII que, el 1 de noviembre de 1950, publica la
Constitución Apostólica Munificentissimus Deus que proclama el dogma con estas
palabras:
“Después de elevar a Dios muchas y
reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de
Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para
honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la
muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría
de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los
bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos,
declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre
de Dios, siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrena fue asunta
en cuerpo y alma a la gloria celestial”.
4.
La Asunción de María es anticipación de nuestra propia resurrección
Esta fiesta tiene un doble objetivo: La
feliz partida de María de esta vida y la Asunción de su cuerpo al cielo. La
respuesta a por qué es importante para los católicos, la encontramos en el
Catecismo de la Iglesia Católica, que dice en el numeral 966: “La Asunción de la
Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su
Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos”.
La importancia que tiene para todos
nosotros la Asunción de la Virgen se da en la relación que ésta tiene entre la
Resurrección de Jesucristo y nuestra resurrección. El que María se halle en
cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es la anticipación de nuestra propia
resurrección, dado que ella es un ser humano como nosotros.
5.
La Virgen no experimentó corrupción en el cuerpo al final de su vida terrena
La Escritura no da detalles sobre los
últimos años de María sobre la tierra desde Pentecostés hasta la Asunción, solo
sabemos que la Virgen fue confiada por Jesús a San Juan. Al declarar el dogma
de la Asunción de María, Pío XII no quiso dirimir si la Virgen murió y resucitó
enseguida, o si marchó directamente al cielo. Muchos teólogos piensan que la
Virgen murió para asemejarse más a Jesús, pero otros sostienen que ocurrió el
“Tránsito de María” o Dormición, que se celebra en Oriente desde los primeros
siglos.
En lo que ambas posiciones coinciden es
que la Virgen María, por un privilegio especial de Dios, no experimentó la
corrupción del su cuerpo y fue asunta al cielo, donde reina viva y gloriosa,
junto a Jesús.