martes, 22 de julio de 2025

“CHEFO” Y PASTOR, LOS OJOS Y PIES DE LA BONDAD Y EL CONSUELO (II)

 

José María Pastor

P: Ha nombrado en esta conversación a dos puntales de la Semana Santa en Ciudad Real, Marcelino Abenza y Juan Carlos Naranjo. ¿Qué ha aprendido de ellos?

R: Se creó un grupo un poco ‘revolucionario’ en ideas cofrades, que fue el germen de la hermandad de la Flagelación. Entre ellos Emilio, Alfredo, Juan Luis, y entre ellos estaban, lógicamente, Juan Carlos Naranjo y Marcelino, que eran los que junto a Antonio Señas y Juan Luis, los que eran capataces de la hermandad. Del trato con ellos he aprendido muchas cosas. Por ejemplo, de Marcelino el tema de la priostía, a saber que el capataz debe tener conocimiento de priostía y saber lo que tiene entre manos. No es que tenga que ser un técnico, un ingeniero técnico, pero por lo menos saber un poco el montaje, la estructura. Aparte que era alguien que se desvivía por el mundo de abajo. Transmitía muchísima ilusión.

Juan Carlos tenía muchas dotes de mando. Era un capataz con autoridad, porque tenía dotes de mando, también tenía don de gentes. Técnicamente era bastante bueno. Igualaba muy bien. Y llevaba los pasos bastante elegantes.

Marcelino también. Lo que más he sacado de ellos es llevar los pasos de forma elegante, estar siempre preocupado, respetar lo que tenemos entre manos, el oficio más bonito del mundo, que es el mundo del costal.

P: Y ahora con el paso del tiempo ya no solo estás a las órdenes de la Virgen del Consuelo, sino que te has abierto a otras hermandades.

R: En 2005 la hermandad del Cristo de la Piedad tiene a bien nombrarme capataz del paso del Santísimo Cristo de la Piedad. Luego he tenido más oportunidades de llevar otros pasos, como el Dulce Nombre, Resucitado… Ahora mismo soy titular, aparte de la Piedad y el Consuelo, de la Soledad, que por cierto acabamos de hacer la ‘mudá’ y hemos dejado el paso ya en San Pedro, y también del Nazareno este año, que el Señor ha querido que la Junta de Gobierno haya tomado la decisión de ponernos al frente.

P: Evidentemente no es lo mismo llevar un palio que llevar al Nazareno. ¿Qué diferencias hay?

R: No se debe generalizar. Básicamente, la forma de trabajar los pasos es parecida. Es decir, ponerse recto, ir de frente y llevar el son, el compás de la música. En los pasos de Cristo el son es más lento, con lo cual el paso es más reposado, más lento, y en los palios va un poquito más alegre. En los palios se trabaja más con la cintura, es decir, se juega un poquito con el movimiento de la cintura, no dando rodillazos ni cosas de esas raras que se ven por ahí, y los pasos de Cristo pues el movimiento es un poquito más corto, no tiene tanto movimiento hacia los lados, es un poquito más retenido. Pero básicamente la forma de trabajar es la misma. También depende de muchos matices, de que pese más, de que pese menos, de que la estructura del palio se mueva de una forma, se mueva de otra. Hay matices técnicos que ya son característicos o tienen las características de cada paso, que hay que aprender también con la experiencia a saber manejarlo.

P: José María, son cuatro pasos los que saca en Ciudad Real, pero yo quiero que nos centremos en uno, la Virgen del Consuelo. ¿Cuál es el momento que más le emociona del recorrido de la estación de penitencia?

R: Yo soy alguien que estoy excesivamente pendiente de la técnica, de que vaya todo bien. No suelo relajarme mucho y es verdad que, por desgracia, muchos momentos que podía aprovechar se me pasan, no desapercibidos, pero no con la intensidad emocional que me gustaría. A mí la zona de Santiago me parece de los mejores sitios para una cofradía, y más mi Virgen del Consuelo. Pero hay un sitio donde se juntan todos los matices y todas las sensaciones. Nosotros le decimos la esquina de la Virgen. Lo decimos así porque siempre ahí pasa algo especial, lo que ella quiera, cosas muy especiales. Decimos la esquina de la Virgen que es la esquina de la calle Feria con Prado.

Este sitio para nosotros es muy especial. La Merced es un poco más externo, pero internamente esas dos zonas, sobre todo las monjitas de la Cruz, la zona de Santiago, una zona donde las emociones se disparan, y ya te digo, la esquina de la Virgen para mí y para casi toda la gente cercana a la cuadrilla y a la Virgen pues es un sitio muy especial.

P: José María, ¿cuántos costaleros van debajo del palio?

R: El paso calza… Cuando digo calza es el número de costaleros que lleva. Son siete trabajaderas por cinco costaleros cada una. Un total de 35. Pero nosotros solemos llevar, como máximo, no nos gusta llevar dos cuadrillas. Ahora llevamos dos o tres relevos por palo, depende. Así que 35 dentro y este año estamos 20 fuera. Dos relevos por palo, tres a lo sumo porque cuadre, y está, porque la gente no se sale, no se va de la situación, está siempre centrada, los relevos son cortos, y no se enfría, la cuadrilla tiene una referencia de 30 hombres que son muy parejos en técnicas… Son muchas cuestiones que nosotros las manejamos así. Entendemos que las complicaciones de Ciudad Real, los pesos, y la salida a la calle no es para llevar dos cuadrillas. Es nuestra forma de pensar, ya cada uno tiene la suya.

P: ¿Cuánto peso lleva cada costalero?

R: Hay muchísima leyenda sobre el peso. Entre 30 y 35 kilos aproximadamente. Eso es soportable. El trabajo del costalero, y lo digo para conocimiento general, no es un trabajó físicamente de fuerza, es un trabajo de fondo. El costalero muchas veces se cansa por agotamiento más que por los kilos. ¿Por qué? Porque su trabajo lleva necesita mucho de lo aeróbico. Caminar con un peso está muy de moda ahora mismo en los gimnasios. Por eso es muy importante que las ropas estén bien hechas. ¿Por qué? Porque el costalero tiene que ir recto, tiene que ir con el pecho para afuera, no por chulería ni por nada, sino porque le tiene que entrar, cuanto mayor cantidad de aire le entra, mucho más va a aguantar el esfuerzo. Todo lleva un porqué, todo tiene un porqué.

P: ¿Cómo ve el paso de la Flagelación, el paso de la bondad, desde fuera?

R: Me parece un pasazo. Hace unos días vimos el retranqueo, y cada vez que levantaba me decía que el paso levantado me da mucho respeto, es un paso muy grande. Y para un capataz tiene unas medidas muy complicadas. Me parece un paso de mucho nivel técnico que está más que conseguido en el equipo de ‘Chefo’, qué te voy a contar. Gracias al esfuerzo suyo, de su equipo, y de la gente de abajo, el paso del misterio ha mostrado un nivel muy alto. A mí me gusta mucho.

P: ¿Qué llevan en el palio? ¿Cómo me definiría usted al Consuelo?

R: Yo la defino como lo que siento, la madre de Dios. Tenemos la suerte y el privilegio, la fortuna de ser costaleros de la Virgen, de la madre del Señor. Y eso, el que se mete debajo debe saberlo. Esto no es un trabajo de llevar muebles ni nada de eso. Llevamos una imagen sagrada. Llevamos lo más importante que tiene la cofradía, su patrimonio, y lo más importante, que somos los que llevamos a la madre y al Señor, y los que hacemos posible que esas imágenes transmitan a la gente lo que en ese momento necesiten. Estamos muy acostumbrados, pero en muchas situaciones la gente le pide, le reza… Nosotros tenemos que ser suficientemente claros y saber que tenemos entre manos algo muy importante. No somos costaleros para lucirnos, ni mucho menos. Nosotros somos los pies de la Virgen y del Señor.

P: ¿Y a usted qué le transmite la Virgen del Consuelo cuando sabe que es los pies y los ojos de la Madre del Señor?

 

R: Principalmente muchísima responsabilidad. Y es verdad que la responsabilidad a veces encarcela o frena otras emociones que a lo mejor no estando en este puesto pueden llegar mucho más, de forma más intensa. Para mí, aparte de sentirme muy privilegiado y tener una suerte tremenda, me parece que tengo mucha más suerte por poder ser los ojos y estar al mando de mi Virgen del Consuelo. Lo que más se siente es responsabilidad. Algunas veces, hay momentos que miras arriba y dices “madre mía, esto es lo más grande que hay”.

P: ¿Alguna anécdota emocionante durante la estación de penitencia?

R: Se viven muchas cosas. Yo he escuchado de todo, rezar, pedir, implorar, porque la Virgen llama a eso. Nos han pasado muchas cosas. Nos pasó un año en la esquina de la Virgen, que había una niña pequeña con una enfermedad grave, la cogió Jesús, la llevó delante del paso, la cogió Javi que va conmigo y bueno, pues estuvimos pidiendo a la Virgen por ella, con ella en brazos. Fue un momento muy emotivo. A los cuatro años, creo, o a los tres años, ella apareció,  Jimena, en el mismo sitio, con su pelo larguito y ya totalmente curada. Nosotros creemos que las cosas que hacemos tienen un fin. También me pasó una cosa muy curiosa hace muchos años. Pasando la esquina de Lirio con Quevedo, donde estaba antiguamente el Mesón Bisabuelo. Pasaba esa esquina, paramos el paso y me llega una chica y me dice, perdone, ¿le importa que mi hermano se acerque a ver el paso y pueda tocarlo? Claro, sin problema. Cuando nos acercamos vimos que era ciego. Entonces, imagínate. Le estuvimos explicando cómo era, y luego su hermana le explicó cómo iba la Virgen. Se puso a llorar, nos explicó cómo ella la veía. Fue un momento también maravilloso. Por las aceras y al lado del paso se escucha rezar muchísimo. Le piden por sus hijos, por sus padres… Es algo maravilloso. Por eso digo que lo que hacemos hay que entender que tiene un porqué, y hay que hacerlo valer, y hay que decirlo. No somos teólogos a niveles altos, pero es verdad que intentamos llevar y hacer para que la Virgen y el Señor lleguen a lo más hondo del corazón, y que si a alguien en ese momento le tiene que pedir y le sirve, pues para eso estamos, esa es nuestra misión.

P: José María, ¿qué le pide a esta Semana Santa 2025?

R: Que no llueva, que todo el mundo acabe bien, que esté bien de salud, y bueno, pues que sintamos, tengamos la suerte de disfrutar estos días. Tenemos que intentar disfrutarlo, sentirlo, dejarse los sentimientos, dejarse sentir, dejarse llevar por la emoción. Lo que más pido es eso, salud, que respete el tiempo, y que sepamos disfrutar del momento, de lo que vivimos en esta Semana Santa.

P: Para finalizar, ¿cuál es la marcha que más le emociona?R: Mi marcha favorita es Rocío, pero es que a la madre de Dios, a la Virgen del Consuelo le quedan todas bien. Pero me emociona Rocío, es una marcha que me recuerda siempre a ella.

Fuente: https://www.lanzadigital.com/semana-santa/chefo-y-pastor-los-ojos-y-pies-de-la-bondad-y-el-consuelo/