El lunes comenzó la misión
evangelizadora de Nuestro Padre Jesús de la Bondad en el colegio de San José.
Por la mañana empezaron a pasar diferentes clases del colegio, por la iglesia
de este centro educativo.
Por la tarde de 17 a 20:00 horas, permaneció
la capilla abierta para poder orar delante de la imagen de Jesús, pasándose una
representación de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del
Prado-La Pasión, banda que acompaña cada Miércoles Santo el paso de misterio,
quien depositó un ramo de flores a los pies de Nuestro Padre Jesús de la
Bondad.
A las 19:30 se realizó una oración
preparada por Alejandro Simón Castillo sobre los pies de Jesús, dirigida a las
cuadrillas de los pasos de la Cofradía, que a continuación reproducimos:
En la vida rutinaria, en nuestro día a día,
nuestros pies y nuestras manos son cuatro elementos fundamentales en los que
basamos nuestras rutinas. Comer, beber, escribir, conducir, andar, hacer
deporte, subir escalones. Nunca sabremos verdaderamente el valor que tienen. Solo
aquellas personas que tras un accidente o una enfermedad los pierden o dejan de
moverlos son los que valoran lo que han perdido.
Los pies, son para los cofrades un
instrumento fundamental. Son el misterio
para caminar y hacer camino. Para seguir a Jesús.
En los evangelios de MATEO, MARCOS y
LUCAS, JESUS nos dice “COGE TU CRUZ Y SIGUEME”. Por eso nosotros los cofrades, ponemos una cruz de
guía delante del cortejo de nuestras hermandades. Y es a partir de esa cruz
donde caminamos peregrinos por las calles dentro del cortejo que acompaña al
señor.
Algunos caminan como nazarenos
alumbrando al Señor (YO SOY LA LUZ DEL MUNDO).
Otros lo hacen como penitentes llevando
una cruz, unas cadenas o portando alguna insignia de la hermandad.
Algunos descalzan sus pies para hacer el
sacrificio mayor.
Pies que buscan caminar para redimirse
del pecado paso a paso, esquina a esquina, calle a calle.
Hasta llegar a los pies de la parihuela
bendita que lleva su imagen.
Hasta llegar al tupido faldón que tapa
el sacrificio.
Hasta llegar a ti. EL COSTALERO.
Tu eres los pies del Señor durante todo
el recorrido. Los demás hermanos han ido abriendo camino pero el Señor necesita
de ti para seguir, para moverse , para poder caminar por las calles y
presentarse al pueblo que le rece, que le pida , que le implore.
Duro caminar el del costalero. Bendito
andar el de tus pies. Bendito racheo costalero.
Y arriba. Encima de ti, costalero. Los
pies del SEÑOR. Los que más sufren. Los que aguantan el peso de todo el dolor,
levanta tras levanta, chicotá tras chicotá. Esos pies que ya empiezan a perder
la encarnadura con el paso de los años, con el paso de los besos que le vamos
dejando uno a uno en su Iglesia de Santo Tomás. Porque al Señor se le besan las
manos , porque es Rey, pero también se le hace besapies en señal de humildad
hacia él. Sus pies , llevan miles , millones de besos desde aquel día des hace
25 años en que llegó a nuestras vidas.
Esos pies que son incapaces de andar si tú
no les das vida. Si tú no haces posible que caminen entre rezos y llantos de la
gente que lo espera en las aceras.
Es cuaresma. Es tiempo de Perdón. También
es tiempo de beso. Como el Beso que ofrece Judas para pedir el perdón eterno.
Un beso en los pies del Señor con cariño, con fe y arrepentimiento.
Y un beso a tus pies costalero. A tu
esfuerzo y a tu sacrificio. A tu lucha contra todo. A tu tesón y al tiempo que
empleas en ensayar y en colaborar con tu hermandad.
Y una petición, mi amigo costalero.
Cuando ya no te queden fuerzas, cuando no puedas ser costalero, no te arranques
los pies. Entrégalos a otra dicha. Hazlos caminar bajo una túnica y acompáñalos
con un cirio. Que la vida del cofrade no se acabe en el costal.
A los pies de Jesús estoy sentado
admirando su amor para mi,
aprendiendo de él su carácter,
esperando que venga por mí.
A los pies de Jesús estoy sentado
y es tan cómodo estar siempre así,
no hay temor ni premura a su lado,
es seguro estar siempre aquí.
A los pies de Jesús llevó tiempo,
y no pienso en pararme jamás,
aunque vengan tormentos y dudas,
es aquí donde quiero morar.
A los pies de Jesús hay victoria,
hay mil cosas que no puedes comprar,
ni teniendo los bienes del mundo,
solo el justo las puede alcanzar.
A los pies de Jesús hoy sentado,
le doy gracias por su amor para mi,
por darme otro año de vida,
y enseñarme por El a vivir.