Hace unos días, el Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo Pelegrina, hacia las siguientes declaraciones, al finalizar la Función Principal de Instituto de la Hermandad del Gran Poder:
“…Siempre he querido estar cerca de las hermandades y cofradías, que considera que son un don de Dios para la iglesia. “No hay comparación entre la religiosidad de este pueblo y la religiosidad de otros sitios que se ha ido resecando como cosecuencia de la secularización en los últimos decenios. Aquí las hermandades han sido como una gran carpa, un gran dique contra la secularización. Algo que ha impedido que se resecara el humus cristiano de esta tierra. Por eso un obispo sensato no puede estar en contra de las hermandades sino que tiene que ayudarlas, acompañarlas, estimarlas y venerarlas, ese es mi casi”, concluyó…”