Nuestro Padre Jesús de la Bondad y
María Santísima del Consuelo son arropados por multitud de fieles a lo largo de
todo el recorrido
La tarde-noche del Miércoles Santo es para la Flagelación. Llegó el momento soñado, el de ver de nuevo a Nuestro Padre Jesús de la Bondad y a María Santísima del Consuelo en la calle. Y la ciudad respondió, arropándoles a cada paso, deleitándose en todos sus detalles, disfrutando del buen hacer de esta cofradía que salió desde el ampliado guardapasos con puntualidad absoluta, a las siete de la tarde.
El paso del misterio, que representa el
momento de la flagelación, salió con la mirada puesta de algunos hermanos y
fieles en el cielo, en una tarde con el tiempo enrarecido que tan pronto
pintaba a calor como a frío y que pese a dejar unas gotas apenas perceptibles
se abrió para dar paso a la salida de María Santísima del Consuelo.
Venerados a cada paso en el que iban tomando las calles, se recuperaba de nuevo esta esperada procesión que dejó patente el trabajo de todo el año, la ilusión de volver a mecerlos y los detalles que han ido forjando. Preciosos adornos florales que daban colorido al misterio y al paso de palio con ese guiño al granate, el color de la hermandad.
Y en el centro de todas las miradas, primero, la imponente imagen de Nuestro Padre Jesús de la Bondad en el misterio que estrenaba los respiraderos laterales bajo su espectacular escenografía y, después, la imagen de María Santísima. La ciudad buscando consuelo tras los dos duros años de la pandemia.
El estreno del paso de palio: el bordado
de oro de la bambalina delantera, obra de los talleres García Poo de Sevilla, y
que lucieron en esos delicados movimientos de sus costaleros.
Mención especial para los acompañamientos
musicales de esta hermandad bien nutrida de hermanos, que en el caso del Señor
de la Bondad corrió a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la
Elevación de Campo de Criptana, con su peculiar traje verde militar, y para la
Virgen, la Banda Sinfónica de Música de Miguelturra, de riguroso negro.