domingo, 3 de abril de 2022

TEXTO DEL XXV PREGÓN DE LA COFRADÍA PRONUNCIADO EL SÁBADO 19 DE MARZO DE 2022

 

PREGONERA TÚ


Pregonera yo, pregonera tú

Viniste a esta hermandad

A ser la primera mujer en pregonar

Ellos, te iban a rezar

Y tú, consuelo, más nos ibas a dar

 

Pregonera yo, pregonera tú

Con solo tu mirada,

Corazones de amor llenabas

Siempre serás la primera mujer,

No solo de mi hermandad,

Sino de toda la cristiandad

 

Pregonera yo, pregonera tú

Tus lágrimas lloran por mí,

Por mis penas dejadas

Tus labios consuelan madre

Las peticiones dejadas

Y de tu mano me agarro

Con toda la confianza

 

 

Pregonera yo, pregonera tú

A tus plantas vengo madre

Con amor y humildad

Esta humilde pregonera

Que hoy se atreve a pregonar

Lo que tuviste a bien enseñar

Pregonera yo, pregonera tú.


Enormemente agradecida a mi presentador. Gracias por tus emotivas palabras de las que nos soy merecedora. Gracias por tu esfuerzo, por acompañarme hoy en este día tan grande. Por decirme sí, sin pensártelo, te conozco apenas hace 3 años. Nuestros caminos se encontraron, y pronto supimos de los muchos puntos en común de vivir nuestra fe que compartimos, que no concebimos ser cofrades sin vivir con Cristo en nuestro día a día.

Los dos proclamamos la grandeza del Señor, los 2 amamos a María Madre de Dios, los 2 adoramos a nuestra hermandad, la FLAGELACIÓN.

Me gusta escucharte hablar de las cositas del Señor, tus vivencias, tus momentos buenos, y también los malos, como te apoyas en Él, como tu fe, nuestra fe sirve de bálsamo. Me gusta que me llames y me digas, Prado mira la lectura de hoy. Me gusta que me tengas presente en tu vida, gracias Vicen, gracias amigo.

Párroco de Sto. Tomás, y consiliario de nuestra hermandad.

Delegado diocesano de hermandades y cofradías,.

Diputado regional de las Cortes de Castilla-La Mancha.

Concejales del Excelentísimo Ayuntamiento de Ciudad-Real.

Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Ilustre Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo.

Hermanos mayores y Juntas de Gobierno de las distintas Hermandades y Cofradías.

Cofrades, hermanos, y amigos todos….


INTRODUCCIÓN


Un nueve de octubre, suena el teléfono, es Emilio, nuestro hermano mayor que tras unas bonitas palabras solicita de mi persona, sea pregonera 2020, de nuestra querida hermandad. Hoy vigesimoquinto pregón, 25 años de pregón, y primera mujer pregonera, hoy soy yo, pero como pudieron ser y serán muchas mujeres de las que estáis hoy aquí sentadas.

25 años, cómo pasa el tiempo, desde el primer pregonero D. Francisco Jiménez, hasta el día de hoy una servidora. 25 años no son nada, apenas un suspiro, en una hermandad. Los jóvenes, si Dios quiere, veréis los 50 y los 75 y vendrán otros. Y los padres, de esta querida hermandad lo veremos desde una ventanita en el cielo, como ya nos ven algunos de los que ya partieron al padre.

Como habéis oído ya, el teléfono sonó en octubre de 2019. Hoy marzo de 2022, todos sabemos lo que ha pasado.

Se nos paró el tiempo en tus cultos Señor, no llegaron a terminar, la incertidumbre y el miedo se adueñaron del mundo, el COVID nos robó, la cuaresma, la Semana Santa, y nos dio dolor, en pocos días la muerte se fue haciendo presente. Confinados en nuestras casas aprendimos a acompañar en el dolor a familiares y amigos, telefónicamente, no había abrazos, pero sí soledad, y nos toco fuertemente en la segunda ola, un hermano nuestro partió al padre, hombre de pocas palabras y sonrisa eterna, salvó vidas estoy convencida, dándonos una lección. Mientras vivamos te recordaremos.

Y así comenzó este pregón, esa misma noche, la madrugada del 10 de octubre, noche en la que no pude dormir; nervios, respeto, recuerdos, emoción y oración, siempre oración.

Recé y recé, lo necesitaba, y en mi mente, San Juan Pablo II y una frase de él, “sed los centinelas de Cristo”.


REMEMORANDO ORÍGENES


Quería tener hoy, el detalle con un grupo de mujeres, de madres como Ella, que allá por el año 1990, todos los miércoles a las 6 de la tarde, se reunían en una vivienda de la calle Estrella, para rezar el santo rosario. Esas mujeres, me ha contado Alfonsa, esperaban ese miércoles cada semana, con alegría por verla a Ella, María Santísima del Consuelo. Barrían y adecuaban, esa habitación con esmero, colocaban las flores a su Señora, mantenían el terno de la Virgen. Se reía Alfonsa contándome: “La pobre solo tenía la ropa que llevaba puesta, con el manto azul”.

Pues Alfonsa: Y preciosa, la teníais aquel grupo de mujeres. Y os nombro a continuación, porque fuisteis las primeras en contemplar su belleza, en establecer su estilo, y sus primeros amores en la hermandad. Carmen Turrillo, Alfonsa Gómez, Fidela Espadas, María Jesús, Maruja, Antonia Aguirre, y Natividad Rivas.

Os he nombrado para daros las gracias, porque comenzasteis dando culto a María Santísima del Consuelo, sin nada, sólo con vuestras ganas y deseos de formar una gran hermandad.

Sin saberlo, fuisteis, se puede decir, las primeras camareras de la Virgen, manteníais el decoro, y el orden de lo poco con que comenzasteis. Gracias de corazón. Es de bien nacidos ser agradecidos, y las mayores de esta hermandad nos dejáis un gran legado. Muchas gracias.


JUVENTUD FUTURO Y ESPERANZA


Con el permiso de hermanos y presentes quiero dedicar este humilde pregón, al grupo más escondido de la hermandad, pero no por eso menos importante, al futuro, al ¡GRUPO JOVEN!

Fue un placer asistir a aquella misa en honor a vuestro patrón, San Juan Evangelista “Patrón de la juventud cofrade”. Y me emocionó como en la homilía, D. Antonio os invitaba a seguir los caminos del Señor, que pese a vuestra juventud teníais mucho que decir, os miraba sonriente y orgulloso. Os mimó, y os entregó un recuerdo a cada uno que recibisteis con ilusión y agradecimiento.

San Juan Pablo II, os llama a ser centinelas de Cristo.

¿Cuánto guarda la palabra centinela?: Guardar, proteger, vigilar, cuidar, custodiar, defender, abogar etc… por los asuntos del Señor. ¡Total, nada ser un centinela del Señor!

Ahora no está de moda ser cristiano, o eso creen.

Pero no importa, vosotros, los jóvenes estáis llamados o tenéis que ser capaces, con vuestro ejemplo, vuestras acciones, y vuestro aprendizaje continuo, en la Iglesia a decir: ¡Aquí estamos, somos los centinelas de Cristo, a través de nuestra hermandad, en la Iglesia y en vuestro día a día!

Cuidad y proteged la fe; fe, que mucha gente está perdiendo o cree perder, porque la raíz está dentro de cada uno de nosotros, pero especialmente dentro de vosotros que tenéis que crecer en Él, tenéis en la hermandad, un instrumento para crecer y vivir cada día a Cristo, tenéis la Iglesia, y tenéis a D. Antonio, que os escuchará siempre que lo necesitéis.

Cuando os reunáis en la hermandad rezad, dad gracias y pedid, a Jesús de la Bondad y a María Santísima del Consuelo.

Haced de vuestro grupo una pequeña familia.

Sé que tenéis que estudiar, para ser hombres y mujeres del mañana, pero sacad tiempo para las cosas de Dios.

Sois el tesoro de la fe en nuestra hermandad, mantenedores del legado que se os dejará y tendréis que acrecentar lo que encontréis. Dentro de nada cuando os queráis dar cuenta, yo estaré sentada, por ahí en medio, escuchando un pregón de alguno de vosotros, de vuestros labios. Y me emocionaré.

Os doy las gracias por lo que sois, pero ya os doy las gracias de antemano por lo que seréis.

CENTINELAS DE CRISTO


¡Sois el soplo fresco de la hermandad!

¡La iniciativa y el trabajo!

¡La risa y la alegría!

¡El orgullo y la luz!

¡La oración y la fe!

¡El norte y la guía en la hermandad!

¡El antes y el después!

¡Los centinelas de Cristo!

¡Sois Bondad y Consuelo!

Pensando en el pregón, rebuscando en mi mente las cositas del Señor y la Señora que llamo yo, que casualidad, la noche que empiezo a escribirlo 10 de octubre, festividad de Santo Tomás de Villanueva, para mí “cositas del Señor”, señales que me dicen, vamos sigue adelante.

Y así comencé a escribir, con ilusión, respeto, y mucho amor a nuestros titulares María Santísima del Consuelo y Jesús de la Bondad.

La parroquia, parroquia de nuestros titulares y por tanto de nuestra hermandad, que propongo visitemos un poco más, no hace falta venir en avalancha, pero podemos turnar nuestras parroquias con la de Nuestra hermandad. ¿por qué no coger el coche para venir a escuchar la Palabra de Dios con Ellos? Son lo más grande que tenemos en la flagelación. Están aquí todo el año, y cuando llegan a las cocheras por cuaresma parece que estamos ansiosos por estar con Ellos.

Aquí en su casa, nuestra casa, podemos visitarlos todos los días.


ORIGENES

 

Paso a contaros mis orígenes en la hermandad, allá por el año 1992, conocía a un chico, primero fuimos amigos, y con el paso del tiempo novios, me hablaba de su hermandad, que era costalero, patero en la virgen, Jaime se llama, hoy mi marido, me introdujo en la Semana Santa de Ciudad Real. Cuando, partí de Ciudad Real con 12 años dejé una Semana Santa y cuando volví a los 21 encontré otra.

Una tarde de la S. Santa de 1994, tuve un golpe de suerte en mi destino, un regalo de Dios, conocer a parte de la que sería hoy mí segunda familia.

Conocí a mi amiga, a mi hermana “Mercedes”, siempre te tengo ahí, siempre con su sonrisa, y esa mirada limpia, gran cofrade. Siempre a mi lado, en los momentos más difíciles, y en los buenos, pero más en los difíciles, pendiente de mí, de los médicos y sosteniendo mi mano, infinita paciencia la que tiene conmigo. Eres Mercedes, un regalo que me hizo la Virgen del Consuelo, fuiste mi primera maestra en cofradías y hermandades.

La conocí junto a Juan Ángel, hoy su marido, y yo pensaba estos están locos, se saben las marchas con solo escuchar los primeros acordes. Que si un paso del año tal que, si la Virgen tal iba el año pasado de blonda o tablas, ¡esta saya está un poco torcida, anda se ve una púa en el tocado, por aquellos años ella, Mercedes era camarera de la Virgen y claro, la chica entendía un poco. Les oía términos cofrades, como levantá, revirá, trabajaderas, racheo, parihuela, guardabrisas etc…

Viví mi primera Semana Santa vista desde ojos cofrades.

Empezaba a entender el esfuerzo de cientos de personas, que realizan cada año, a través de sus hermandades para engrandecer la Semana de pasión.

Aquella Semana Santa, hice un curso acelerado con ellos en mundo cofrade, y aun así poco sé de hermandades y Semana Santa. Gracias por todo Mercedes y Juan, que junto con vuestros hijos, Patricia y Alejandro, hemos formado una gran familia.

Mis dos hijas Alba y Consuelo, sois los tesoros de mi vida que, junto con mi marido, mi amor, son lo más importante en mi día a día.

Son ellos el regalo más grande que nuestro Señor me ha dado, tengo una vida muy bonita siempre juntos de la mano de María y protegidos por Jesús.

 

MIERCOLES SANTO 1994

 

Llegó el Miércoles Santo de 1994, flagelación en la calle, lo más grande, la primera vez que yo veía nuestra estación de penitencia, todavía no era hermana, iba sola, mis amigos y mi novio, estaban dentro, ellos, costaleros, ella, diputada de tramo. Me pareció lógicamente, la mejor cofradía del mundo, maravillosa, el cortejo ordenado, tan iguales y tan blancos los nazarenos, los pasos “entonces sencillos” eran los antiguos, más pobres, pero llenos de amor, fuerza, y ganas. Y Ellos, Bondad y Consuelo. Él, entonces sólo en el paso.

Solo, solo con su pena

Herido de muerte casi

Pero derrochando amor

He aquí, el hijo de Dios

Presto a morir por nosotros

 

Solo, solo con su pena

Aguántale la mirada nazareno

Si puedes, sin sentirte pecador

Su cuerpo entrega a los hombres

Y su espíritu a Dios Padre dio

 

Solo, solo con su pena

Lloradle hermanos, lloradle

Que no solo su vida entregó

A su Madre también nos dio

Y por todos nosotros Él se humilló

Solo, solo con su pena.

 

Detrás llega Consuelo, y ahora que os digo yo, si muero de amor por Ella, su rostro como azahar bellísimo, tu terno impecable, tuve el placer de ver una levantá al cielo en “pronovias”, hoy esquina de la Virgen, me puso el vello de punta ¡asombro y escalofríos! recuerdo el sonido del manto, al revocar dentro de él, el aire, al subir al cielo y caer, a tierra mezclado con la exhalación de los costaleros, cierro los ojos y revivo ese momento como si fuera ayer. Esfuerzo y belleza unidos, los hijos meciendo a la Madre, y la Madre cuidando a sus hijos. Así fue la primera vez que mis ojos se encontraron con Ella.


CASA HERMANDAD


Ahora me tocaba conocer la casa hermandad, fui un viernes, a aquel bajo de la calle goya, en el que había una verja, con un cristal que daba a la calle, tras él, El Señor, su primer hogar.

Siempre al entrar lo primero que hacíamos era besar al Señor y rezarle, y al salir, lo mismo.

Me chocó, que en la misma vivienda hubiera un bar, un bar de hermandad, cofrade, no me pareció decoroso un bar y el Señor en la misma vivienda, pero luego vi que estaba separado, en diferentes estancias. Había un saloncito y en él, unos chicos, entonces, hoy hombres.

Ese día conocí a Emilio, no solo hermano mayor sino también gran amigo hoy. Es el hombre que esta 24 horas y 365 días al año de guardia, sea la hora que sea atiende las cosas de su hermandad, renuncia a su vida privada muchísimas veces, para atendernos, y acoge a todos los hermanos, llegando a darnos tal confianza, que es como si siempre hubiese estado en tu vida. Leal, cercano, y servidor. También conocí a Alfredo, a Jesús, Ángel el negro, Prado Alcázar, María José, Felipe, Luis Mazuelas y muchos otros. Mi primer contacto con gente de la flagelación, mi gente, en la casa hermandad, un lugar entre amigos para hablar de cofradías y aprender.

Y fui asidua muchos viernes y conociendo cada vez más hermanos, pero falta una cosa, yo todavía no era hermana, y Emilio me decía “pero, ¿cuándo te vas a hacer hermana?, yo le decía un día de estos, yo quería ver cositas, una señal ¡y que cositas tiene la Señora!, que siempre me mima y me da su amor.


YA SOY HEMANA


Un día limpiando y tirando trastos en una mudanza, íbamos a tirar un bolso negro de señora, que se suponía ya estaba revisado y vacío. Me dijo mi tía “¿revísalo por si acaso me he dejado algo? y al abrirlo: asomaron unos labios entreabiertos, en una fotografía, una barbilla con un hoyuelo de gracia, que le dio Ramos Corona. La reconocí, viendo solo esa parte de su rostro, el corazón me dio un vuelco, la saqué, la besé y la protegí, se iba así, sin darnos cuenta; Esa foto en blanco y negro estaba un poquito arrugada, la estiré, la enmarqué, no será la fotografía más bonita, ni importante de Ella, pero para mí es la más querida y sigue conmigo en mi casa adecentada y enmarcada. Esta fue la señal que me removió el alma. Ese día me hice Hermana.

Me gustaba en la casa hermandad escuchar a Alfredo hablar, sobre cofradías y hermandades, aprendí mucho de él. Siempre tiene algo que contar sobre el tema, buen maestro y amigo, muchas gracias Alfredo, por todo lo que me has enseñado y por regalarme tu tiempo.

En esta hermandad tendremos defectos, porque somos humanos, pero también tenemos virtudes, cuando en esta hermandad un hermano tiene problemas, los problemas propios de la vida, Flagelación es una piña, y lo que está en la mano, se hace por los demás, así es nuestra hermandad, mi hermandad. No hay día que no piense en Ella, es todo para mí.

 

CAMARERAS, DONCELLAS DE LA SEÑORA, SUS CAPITANAS


Pasando van los años, y el grupo de camareras de la hermandad, junto con el hermano mayor, me ofrecen formar parte del grupo de camarería, grupo exclusivo del cuidado de los titulares y enseres, principalmente de la Señora.

Que alegría en mí, lo llevaba deseando mucho tiempo. Quería ayudar, tocar a la Señora, sus ternos, su costurero, su joyero, en fin, su ajuar, y velar, porque todo en Ellos, esté en las mejores condiciones.

Quizás para mi sea la parte más difícil del pregón, mi corazón y mi mente no tienen palabras suficientes para explicar los años maravillosos, en los que formé parte de la camarería de nuestra hermandad.

El grupo formado por Ana, Cinthya, Chon, María, Tania, Prado continúan siendo mis amigas. Las privilegiadas de la Señora, las consentidas, de nuestros titulares, porque hablamos con Ellos de cerca, y les trasladamos las peticiones que la gente nos pide, sus miradas las llevamos tatuadas en el corazón y el amor para con Ellos nos une.

Han sido los mejores años dentro de la hermandad, juntas trabajando por Ellos, por vosotros, y por la hermandad.

Las camareras trabajan todo el año, cuidando todos los enseres, ternos, flores y confección de fondos etc...

Y las camareras piensan a todas horas en modo hermandad. ¿Qué es pensar en modo hermandad?

Pues os, pongo un ejemplo: eso es ir a comprar un bolso o una blusa, y venir con un broche para la Virgen, o un tocado, o unas enaguas, pero sin bolso, ni blusa, eso es hacer turismo en otra ciudad, y traer un terciopelo, para hacer un terno porque estaba bien de precio y lo tenía que traer, así viven las camareras.

Al principio os dije que la Señora, con aquellas primeras camareras solo tenía un terno, ahora tiene un armario lleno, gracias a los hermanos y sus camareras. Tania tiene trabajo, solo con pensar, que terno le pondrá. Tania eres mi alegría, la que siempre me dibuja una alegría, la que abraza mi corazón, la que antes de que yo pida, siempre esta dispuesta, la que nunca falla, gracias Tania.

A veces, nos han preguntado a que huele la Virgen, la Virgen huele a Ella, a incienso y a Chon, casi siempre se encarga de sus enaguas y huele a cofrades, a hermandad, a cariño, huele a Consuelo, huele a MADRE.

También tiene unos cuantos mantos, pero ninguno bordado de salida, me gustaría verlo; Si a alguien le sobran unos cuantos miles de euros, pues ya saben, se aceptarían de mil amores.

Y, sí, doy gracias a camarería, por el tiempo vivido, por la amistad, por los ratos de nervios, y los ratos de amor a Ellos, pero este tiempo pasó, unas han quedado y otras nos hemos marchado, también hay que dejar paso a gente joven, savia nueva, que viva y experimente lo que nosotras hemos vivido; Así Prado Alcázar la vestidora durante más de 25 años, primero camarera, luego vestidora, dio el relevo a Antonio García-Hidalgo, hace poco más de dos años. Prado, fue un placer y un honor verte vestir, y estar a tu lado, ver como ponías alma y corazón, al tocar a la Señora. Han sido muchos años, pero nunca demasiados, muchos ratos compartidos junto a Ella, que guardaré para siempre. Gracias ¡vestidora!

Para el cambio de inmaculada del 2019 fui invitada por el actual grupo de camarería formado por Chon, Cinthya, Celia, Tania y Antonio como vestidor. Fue un placer ver como siguen trabajando con ilusiones y ganas renovadas, curioso ver a Celia, la más joven del grupo, hasta hace nada miembro del grupo joven, y ahora ya más madura adquiriendo nuevas responsabilidades, le pedí, “pasarme este rosario por el manto”, y me dijo, no, se lo pongo y ya te lo daré. Hace nada se acercaba tímida y ahora, con paso firme realiza su nueva labor, me hizo sentir orgullo, al ver que la continuidad está asegurada.

Un grupo nuevo, con base en el anterior, decirles que, al vestidor, lo he visto sin barba, era un niño de 11 o 12 años cuando le conocí en la casa hermandad de goya, y salía corriendo, porque llegaba su hora y si llegaba tarde a casa, su madre le iba a castigar, ayer niño y hoy vestidor.

Vestidores se nace, no solo se hace, tienen cualidades en común, Prado y Antonio, tienen dedos largos, ágiles y fuertes para clavar las púas, y una curiosidad, “aunque sea verano, cuando tocan a la Virgen, mejor dicho, cuando visten a la Señora, tienen las manos heladas. Las manos frías, su mirada fija en el trabajo y les gusta hacer el tocado del tirón, sin pausas, ain darse un respiro, se entregan al amor de Su Madre.

El pasado y el presente se han fundido en este nuevo grupo de camarería, asegurando la puesta a punto de sus cometidos, afortunadas sois.

También hay que vestir las imágenes secundarias del paso del Señor, que cada año viste Jesús León, asistido por camarería. Jesús es otro de mis pilares en la hermandad, entre él y yo hay una conexión, que no sabemos explicar, es mi consentido, mi intocable, está en todas partes como Emilio y sus dolores son mis dolores y sus risas son mi alegría.

No me quiero olvidar, que la camarería, también es mimada por D. Antonio ¡no va a mimar solo al grupo joven! nos enciende la calefacción una hora antes que lleguemos, “no sea que pasemos frío en los salones”, está pendiente de nosotros, nos quiere y se lo agradecemos, Trabajar a gusto es importante, muchas gracias D. Antonio.

Mi vida cofrade ha sido mayoritariamente en camarería, me ha llenado completamente, me ha dado satisfacciones y anécdotas, he tenido la suerte de querer y sentirme querida y espero que siga siendo así por siempre. He sido y soy una consentida de la Señora.

 

MIS CAMARERAS

 

Las camareras

Son mujeres de rompe y rasga

Trabajan fuera de casa, en casa

Y en la hermandad

Quitan horas a su familia

A ellas mismas y a su sueño

Sacrifican fines de semana

Pero estad seguros

Que son las más felices de la hermandad

Cuando se van a casa

Bien entrada la noche

Llegan con la sonrisa puesta

Sonrisa que les dibuja la Virgen

 

Hablan con la Virgen de sus cosas

Y se ríen juntas, también lloran

Ya sabéis como trabajan

Queredlas así sin más

A las de antes, a las de ahora

Y a las que estén por llegar

ESTACIÓN DE PENITENCIA

 

Tarde primaveral, Miércoles Santo, 7 de la tarde, se abren las puertas, la cruz de guía camina y el corazón nazareno, galopa, no es palpitar, el aire debajo del capillo, al principio se hace denso, estas pendiente de tu diputado de tramo, recibes orden de andar, ya estamos en la calle otro bendito año más, nervios, oración y fe.

Pides, “Dios mío que salga todo bien”,

Bullicio, risas de niños, sol de frente (casi siempre), porque si hay nubes es otro cantar, los cofrades no tenemos en Semana Santa ni frio, ni calor, pero la palabra “lluvia” nos hunde sin solución.

Llegas a conde de la cañada, sin apenas darte cuenta, y veo la revirá de Jesús de la Bondad de la calle lanza. Benditos costaleros que te llevan en primoroso amor.


BENDITOS COSTALEROS


Benditos hombres señor, que se olvidan de sí mismos, para ser tus pies

Benditos costaleros

Que protegen al que reza, y dan gracias

Por llevarte un año más

Benditas trabajaderas,

En las que apoyan sus desvelos y

Hermanan hombres de buena voluntad

Bendito racheo, lento y largo, lento y corto

 

Si los miras a Ellos

Pareciera que caminaran

Bendito vuestro sudor

Que es dado con honor y amor

Por los pecados del hombre

 Benditos costaleros de Bondad y Consuelo

Que caminan por su hermandad

Para testimoniar fe y cristiandad

 

Caminando sigue Jesús de la Bondad a efectuar su primer saludo a la Soledad, mientras su madre, viene detrás, con paso fino y elegante, la trae Pastor su capataz, no podía ser de otra manera es la elegida de Dios, también saluda en San Pedro a la Soledad.

Las cámaras están grabando, orden y perfección desde la cruz de guía, hasta D. Antonio que va al final, elegante como nunca, con su capa pluvial.

Los nazarenos guardando distancia, cirios encendidos, insignias rectas y con sus varas a la par, los niños repartiendo estampitas son un primor, el cuerpo de acólitos finura y compostura.

Tranquilos los capataces mandando los cambios, en el Señor, al martillo José Luís, estamos en la Plaza Mayor, suena flagelum, mi marcha favorita para el Señor. Hágase la voluntad del padre, resignación ante el dolor que se acerca.

Creo yo, tan grande y doloroso fue el momento de la flagelación de Nuestro Señor, para los evangelistas, que no hablan en los evangelios de este momento vivido por Jesús. Quizás no estuvieron presentes, pero seguro imaginaron como fue, puesto que conocían la ley romana.

Flagelación, es nuestro nombre, por el que se nos conoce.

Una sola palabra, 4 sílabas, para dar nombre, a un espacio de tiempo, o acto, en el cual, un hombre soporta el dolor físico más grande que hay.

La ley romana estipulaba 40 latigazos, pero se daban 39, perdonando uno por escrúpulo, los instrumentos a usar eran: flagelos, varas, cañas, látigos, cuerdas, etc…

Algunos estudiosos dicen que, Jesús recibió el castigo 5 veces, los romanos le azotaron hasta quedar exhaustos, normalmente muchos de los condenados, fallecían en la condena de 39 latigazos.

POR TI, POR MÍ, POR NOSOTROS

 

Por ti, por mí, por nosotros

Jesús de la Bondad, grabó en su carne

Cuarenta latigazos, no

Se dice que más, pero ¿cuántos más?

Uno solo, ya fue demasiado

No me atrevo, no, ni a mirarlo

No quiero contarlos.

 

Por ti, por mí, por nosotros

No puedo pensarlo, no quiero imaginarlo

Es un dolor que rompe el alma

Latigazo, calor, frío, del flagelo asesino que rompe

Desgarran su bendita carne

Derraman la preciosísima sangre de Jesús.

Por ti, por mí, por nosotros

Una y otra vez

Siguen azotando a Jesús de la Bondad

¡Dejad a mi Señor!

Ciegos, ¿no veis que no es culpable?

¡Dejad a mi Señor!

 

Por ti, por mí, por nosotros

Ay, su mirada, perdida, ausente

No, no está ausente, no

Ni un quejido, ni un lamento,

No se revuelve, está subyugado

Cumple la voluntad del padre

Triste, entregado y resignado.

Por ti, por mí, por nosotros

Siguen los azotes su camino

Malditos flagelos desgarradores

Dios lo ha escrito

Cuarenta latigazos no

Que caros te salieron mis pecados

Perdóname Señor, perdónanos Señor.

Por ti, por mí, por nosotros.

 

Retomo en Plaza Mayor, llega la reina de la hermandad, la madre de Dios, María Santísima del Consuelo, camina a paso lento a las órdenes de José María Pastor, sonando rocío, importantísima la aportación de los músicos a la Semana Santa. En pie los palcos, rindiendo respeto a la más grande mujer, que hubo y habrá en el mundo, la Santísima Virgen.

Mientras, Jesús de la Bondad, se acerca al encuentro con la joya de la ciudad, la madre de Ciudad-Real, reina de la capital, ya tiene bajo su camarín la cruz de guía, los nazarenos no lo pueden resistir, y miran hacia arriba, regalándole oraciones, peticiones y gracias.

Se acerca su hijo y se miran, intercambian miradas de amor, Jesús le presenta sus respetos y la hermandad oración. Los niños al pasar te dicen, “virgencita del Prado que guapa estás”, asómate un poquito que te podamos besar. La morena del prado, con su mirada de cielo, les dice, “mil besos os mando yo llegar”.

El cortejo le dice, hasta el año que viene madre, sigue cuidándonos, protege a tus hijos, intercesora ante el Señor, y de tu mano guíanos.

Y hablando de la madre, hace 11 años, pasé por un trance, complicado de salud, y creo en la importancia de la oración de las personas, yo intento no pedir para mí, pero sí pedir por los demás y ofrecer mi oración, la oración es la fuerza de los cristianos.

Mi situación era grave, después estable en gravedad, pero estaba en coma, habían intentado despertarme los médicos, pero mi tensión se iba, y tenían que volver a inducir el coma. Era cuaresma, y ese día de marzo, era el pregón de nuestra hermandad, el pregonero, Jesús Manuel Rubio. Empezasteis el pregón sobre las ocho de la tarde, creo que fue en el casino, me contaron, dedicándome el pregón, pidiendo por mí y rezasteis todos juntos por mí.

A esa misma hora, en el hospital general, yo lo recuerdo y recordaré mientras tenga memoria, yo intubada, recuerdo estar en un pasillo gris, sin principio y sin final, largo, de pronto apareció Ella, no le vi el rostro, sólo su mano, el manto de salida, extendido como en el paso, y su ligera inclinación de cabeza, me giró, tomé su mano, y caminamos juntas, sin hablar, por ese pasillo, solo se oía rezar mucha gente, abrí los ojos de golpe, me arranqué el respirador, Ella ya no estaba, ya no os oía rezar, aquello se llenó de médicos y enfermeras, yo había vuelto, la primera enfermera que llegó me dijo, ¿por qué te has arrancado el tubo? y le contesté, porque no soy tonta y quiero vivir, quiero respirar. Todavía quedaron días duros, algunos lo sabéis, hoy os digo que hay que rezar mucho por los enfermos, y os doy las gracias por mí. Salí de aquello, y aquí me tenéis.

Íbamos por el camarín, pero en este rato hemos llegado al pasaje de la Merced. Lugar especial, en nuestra estación de penitencia.

Las hermanas de María Inmaculada, deseosas andan de hacer plegarias, sus cánticos a nuestros titulares, la gente se arremolina a sus puertas, para escuchar sus candorosas voces, llega el Señor y se deja mimar.

La bulla ya se está preparando, para cruzar el pasaje, mirándolo cara a cara a él, entre incienso, cera, y lirios. Suena en Merced, eternidad, la gente pegada a las paredes, quietos, viendo pasar al flagelado de su ciudad, una nube de humo lo atrapa, y cuando rompe el paso al final del pasaje, emerge Él, Jesús de la Bondad, de entre el incienso, como si se abrieran las nubes del cielo. Sin casi descansar, realiza saludo en merced, a la Hermandad de las Angustias.

Y se marcha Él, pero ahora las hermanas le están cantando a María Santísima del Consuelo, los rostros de las monjitas resplandecientes, y nuestra madre del Consuelo las saluda con su leve inclinación de cabeza, agradecidas las hermanas están.

Bulla antes para Él, bulla ahora para Ella; suena para Consuelo, “Pasa la Virgen Macarena” y del cielo, caen promesas, besos y amor en forma de pétalos, manos del grupo joven, que la quieren a rabiar, los lanzan sin parar, perfumando el aire que la ha de rozar.

 

Y una camarera, se arranca a cantar

Una saeta en su voz le quiere regalar,

Consuelo, no se lo esperaba y está emocioná

Lloran la madre y la hija,

Gracias Cinthya, Consuelo le da.

La gente irradia emoción, y saliendo de la merced, al cortejo le entra desazón, ya nos queda poco, se acerca el final, caminamos emocionados, pero queriendo frenar un poco la hermandad, el hermano mayor, ya se pone nervioso y nos dice, “venga, venga, moverse hacia delante”, que nos queda Santiago y hay que entrar en hora. “Como sabe que queremos remolonear”.

Uy, si el Señor ya está en Santiago, las hermanas de la Cruz, ya le están cantado a su esposo amado. Quisieran, bajarlo del paso, curar sus heridas, protegerlo del frio de la noche, escuchar su palabra, pero se tienen que conformar. Benditas mujeres que se dan a los demás, Reciben a María del Consuelo, igual, con oración hecha cántico, y se despiden con amor, hasta el miércoles santo que viene, si Dios quiere volverán.

Pasa la hermandad a la sombra de la noche por terreras, se acerca el final, calles solitarias unos minutos que invitan a oración, de repente, se escucha bullicio, la entrada, la calle Quevedo llena de gente a reventar, que nos da su compañía, en el momento triste de la estación de penitencia, se acaba.

Vamos pasando lentamente, y afloran las primeras lágrimas, de alegría, de tristeza a la vez, ¡¡enhorabuena!! Nos dicen, “todo ha salido bien”, entra el Señor, la marcha real lo anuncia, sigue el final del cortejo, viene Ella, la perla de la hermandad, camina en compañía de los acordes más tristes y bellos que pueda yo escuchar, suena “la madrugá”, vendrán cientos de estaciones, cientos de primaveras, pero este año está al terminar, suena marcha real, y entra la Reina a descansar.

Nos despedimos dentro de las cocheras ya en la intimidad, lágrimas, besos, de esta familia que se llama hermandad, que corto se ha hecho el camino, quiero volver a empezar, a esperar otra primavera, me tengo que conformar.

 

LA HERMANDAD HOY


La, hermandad hoy, nuestra hermandad, y la hermandad, de los que todavía no estáis, pero estaréis, es: A parte de un grupo de hermanos, amigos, es un estilo de vida, que gira alrededor de Ellos, de los titulares, es el punto de reunión, en el que se habla de amar y cuidar la tradición, de la Semana de Pasión y la religión.

Es un lugar, que es de todos, por el que andamos libremente porque es nuestra casa, yo he pasado y pasaré muchas horas allí, lugar de reuniones, de corte y confección, de confesiones, de juerga y risas, de comidas y cenas, de noches de verano en la terraza con buenas charlas. Pero, sobre todo, es el punto de unión de todos los hermanos, es el lugar en el que sin planear nada un día llegas a las nueve, de la noche y te vas a las cinco o las seis de la madrugada hablando de cofradías en la calle, de sueños a realizar para nuestra cofradía, de proyectos en marcha y unión de ideas, de los que nos enseñan lo que ya aprendieron ellos.

Mi hermandad, no tiene secretos, es lo que veis, gente, que ríe y llora, que trabaja, que está en el paro, con vidas diferentes, pero con un objetivo común, engrandecer la Semana Santa. Nosotros, a través, del Miércoles Santo y reafirmar día a día muestra fe en Cristo.

No tenemos riquezas, no nos sobra el dinero, pero si somos ricos, muy ricos, en ganas, ilusión, compromiso, y amor.

Lo poco que tenemos, lo piden, lo prestamos, de corazón, somos sencillos, al que viene nuevo, lo acogemos, como nos acogieron a nosotros antes, es lo que me enseñaron, Emilio, Alfredo, Jesús y ahora lo enseñan otros Moyi, por ejemplo, nos ha regalado a Graci, ha sido un torbellino que ha llegado, con más ganas que tiempo, yo le digo siempre en broma, Graci, tu que trabajas tanto, entre guardias, y en verano doblar, ahorra, ahorra, que el manto le vas a bordar, y ella me contesta riendo “¡¡ ojalá!!”.

En esta hermandad, los hermanos se ayudan, ese es el secreto de flagelación, cuando hace falta, siempre estar.

Una amiga, y hermana, Ana renuncia a su día de cumpleaños, para cocinar, para la hermandad, para que otros que quizás no pueden estar otro día, estén, renunciando a su día especial.

Esto es la bendita hermandad de la flagelación.

Hay una noche al año, que es, muy importante, es la noche que se viste a María Santísima del Consuelo, para la salida procesional, esa noche es una fiesta, LA NOCHE DE LA VIRGEN.

Es un gozo ver, como todo el mundo trabaja, cada uno a lo suyo, y si vienen más, pues se les pone a trabajar. Camarería, se retira a solas con la Virgen, para endoncellarla en la intimidad. Y cerca de los pasos, está el grueso de la gente trabajando, Jesús fundiendo cera, el grupo joven con Antonio a la cabeza, pelando velas, y repasando plata, Moyano y Graci, han decidido, que se van a dejar las manos y los ojos abrillantando, los respiraderos de la Señora. José Manuel, Jaime, Pablo y Edu, con las manos llenas de tuercas, llaves inglesas, etc. Mary, a reforzar el grupo joven a limpiar plata que se ha usado en el traslado y tiene que brillar más, María, está con las listas, que pongo y quito de aquí y de allá. Pedro, es el más joven, a limpiar plata y lo que te quieran mandar. Cinthia en camarería, entre púas y encajes, está. Pastor y Chefo revisando los pasos que perfectos tienen que estar. Y Vicen, que viene con ganas, lo podrás a trabajar, aquí está toda la junta, en esta noche especial.

Pasan las horas y el cansancio aprieta, pero allí todo el mundo sigue sin parar.

Anécdotas a miles, despistes y hasta pequeños accidentes. El frio allí, nos acompaña casi siempre, vamos vestidos, como para esquiar, capas y capas de ropa.

Esta noche es la culminación de la semana de montaje de los pasos, al día siguiente, toda la gente que pasa a las cocheras, verá a la flagelación lista para procesionar.

La Virgen estará hecha un primor, la miras y no te cansas de mirar, el Señor, majestuoso en su paso, mirando a todos con amor.

Esto es mi hermandad, la mejor del mundo, para mí, a los que no seáis parte de ella os invito a que la conozcáis, no os vamos a defraudar, os esperamos con los brazos abiertos, y una vida que compartir.

 

BONDAD Y CONSUELO


A Bondad y Consuelo

Ponedlos frente a frente,

Que se están contando sus cosas,

No veis con que amor la madre lo mira

No veis con que amor, Él, la recibe

Con sus cinco lágrimas, limpia sus llagas

Con su pañuelo, seca sus heridas

Madre mía que estás en el cielo

Envía Consuelo, a mi corazón

 

Cuando triste proclame tu nombre.

No llores más, madre buena

Le dice su hijo amado

El Padre viene, a buscarme

No tengas cara de pena

Madre de nuestro Señor

La muerte no es el final

Espera en la fe, madre mía

Sigue tu camino hijo amado

Siete puñales atraviesan mi corazón

Hágase en mí una vez más la voluntad del Señor

Mensaje de amor divino,

Que a esta hermandad Dios nos da

Porque este hombre

Se hizo Dios, por vosotros

 y por flagelación.

 

He dicho.