El pasado sábado día 2 de marzo, la
Parroquia de Santo Tomás de Villanueva acogió la pronunciación del XVIII Pregón
de la Cofradía de la Flagelación, que estuvo a cargo del cofrade D. Francisco
Javier Sánchez Carrero.
D. José Ignacio de la Rubia Rojas, miembro
de la Junta de Gobierno de la hermandad, fue la persona que presento el acto
recordando que eran ya 18 los pregones pronunciados en la hermandad en
diferentes lugares, y la segunda vez que se realizaba en la Parroquia de Santo
Tomás de Villanueva. Tuvo un recuerdo para nuestro Consiliario Honorario
Perpetuo ya fallecido, D. Eugenio Sánchez Vega, pasando a continuación a dar
paso al momento de descubrir el cartel de la hermandad para la Cuaresma y Semana
Santa 2013.
El cartel fue descubierto por nuestro
Consiliario, D. Antonio Ruiz Pozo, y el Gerente de Hortofrutícola del Hoyo
S.L., el miembro de la Junta de Gobierno, Miguel Ángel del Hoyo Mata, y es una
bella fotografía de un primer plano de
María Santísima del Consuelo en su paso de salida obra de Ángel Ureña.
A continuación el presentador dio la palabra al Hermano Mayor, Emilio Martín Aguirre, para presentar al pregonero con quien mantiene una amistad personal y recordó que nació en una familia humilde, estudió en el colegio salesiano “Hermano Garate”, tiene un profundo amor mariano a la Virgen del Consuelo y la del Prado, ha formado una familia cofrade de la flagelación junto a su mujer e hijas. También recordó como llego a ser hermano de la flagelación, su paso como miembro de la Junta de Gobierno y costalero del paso de palio de María Santísima del Consuelo. Le agradeció que desde hace ya más de quince años colabore desinteresadamente con la hermandad con la maquetación de nuestro boletín y desde el pasado año con su publicación. También recordó de su vida cofrade y su paso por las hermandades del Santo Descendimiento y Cristo de la Caridad.
A continuación el presentador dio la palabra al Hermano Mayor, Emilio Martín Aguirre, para presentar al pregonero con quien mantiene una amistad personal y recordó que nació en una familia humilde, estudió en el colegio salesiano “Hermano Garate”, tiene un profundo amor mariano a la Virgen del Consuelo y la del Prado, ha formado una familia cofrade de la flagelación junto a su mujer e hijas. También recordó como llego a ser hermano de la flagelación, su paso como miembro de la Junta de Gobierno y costalero del paso de palio de María Santísima del Consuelo. Le agradeció que desde hace ya más de quince años colabore desinteresadamente con la hermandad con la maquetación de nuestro boletín y desde el pasado año con su publicación. También recordó de su vida cofrade y su paso por las hermandades del Santo Descendimiento y Cristo de la Caridad.
Una vez presentado el
pregonero, D. Francisco Javier Sánchez Carrero, subió al atril y pronunció el
siguiente pregón:
Introito
Tu postura es
incorrecta ante el Señor. Con esta frase el Padre Fesser comenzaba a corregir
los defectos que tenía como monaguillo en la sacristía de la Iglesia de San
Ignacio de Loyola en el Colegio Hermano Gárate. No se refería a mi actitud,
sino a la postura corporal incorrecta que ejercía cuando nos arrodillábamos
para orar.
- Javier, el cuerpo
erguido, la espalda recta, y las piernas juntas. Estás echado hacia atrás y
descansando el cuerpo sobre las piernas, y esa no es la postura correcta.
Mantén la concentración para hablar con Él. Se llamaba como yo. De la mano de
Francisco Javier Fesser me inicié en el duro camino cristiano. Me enseñó la
Liturgia y hacía catequesis a cada momento, en cualquier lugar. Fue muy querido
por los vecinos de la humilde barrida del Padre Ayala. Puede dar fe mi cuñada
María Dolores. Instauró en el colegio el Movimiento Eucarístico Juvenil, donde
todos los jueves nos reuníamos en torno a la mesa del Señor. Éramos niños, pero
veíamos en su rostro, cada día, la imagen de Jesús. Buen pastor, amante
incondicional de la Virgen.
- Padre Fesser, no me
cabe duda que eres patrimonio del Señor.
Mis recuerdos se
remontan a esta etapa. Veo a un niño delgado, de semblante serio pero
tremendamente inquieto y curioso. Teníamos tan a mano la iglesia del colegio,
que pasaba a confesar a menudo. Me gustaba hacerlo con el Padre Huidobro. Era
muy mayor por entonces, pero os puedo asegurar que no había mejor confesor y
cómplice de nuestras miserias. Me apretaba el brazo derecho en pequeños intervalos
de tiempo para animarme a arrepentirme y a la vez a desahogarme. Su mirada me
infundaba mucha tranquilidad y sosiego. En su rostro un gesto de profunda paz
lo inundaba. También recuerdo al Padre Jaime Peñaranda, mucho más joven,
deportista nato. Le encantaba jugar al fútbol y era un medio centro de
excepción. Se vestía con sus calcetas hasta las rodillas y las botas de tacos
de cuero negro, con los cordones reliados rodeándolas con varias lazadas. Le
encantaban los partidos oficiales donde jugaba del lado de los Antiguos
Alumnos.
-¡Qué discípulos tenía
San Ignacio!
Cuando los jesuitas
transfieren a los salesianos el Centro Educativo, yo tenía 13 años y finalizaba
mi etapa de la Educación General Básica. Durante mi Formación Profesional y
desde el comienzo, me encomendé a María Auxiliadora, añadiendo el 24 de mayo
como un nuevo día festivo en mi personal calendario. Don Bosco y su discípulo
Domingo Savio calan en mi formación en todos los ámbitos: laboral, social y
personal. Admiraba a cada uno: Manuel, Andrés, Sergio o Antonio son salesianos
que permanecerán por siempre en mi memoria.
Don Adriano y Don
Ubaldo, llenaban mi jornada cada Día del Señor en su Parroquia de la Merced,
muy cerca de mi domicilio en la infancia. Cada domingo, con su homilía llana y
directa y la Eucaristía, alimentaban mi fe.
He nombrado solo a unos
pocos. ¿Por qué he querido mencionarlos en este pregón? Porque todos y cada uno
de ellos han influenciado en mi educación cristiana y mi amor incondicional
hacia Ellos. Todos y cada uno me han dado la oportunidad de acompañarme cuando
fui niño y luego adolescente. Me enseñaron el camino bueno, y por este sendero
quiero andar acompañados de otros peregrinos. Sois vosotros, cofrades de la
Flagelación, esos peregrinos para alcanzar a Dios.
En
este sendero divino,
varias
almas me acompañan.
Sois
conmigo peregrinos,
de
la andanza cotidiana.
Bondad
y Consuelo bandera
del
trasiego de La Mancha
camino
de polvo y viento
de
una España demacrada.
Si
por el camino hayáis
a
personas derrotadas,
levantadlas
con Bondad
y
Consuelo reanimarlas
¡Que
el camino ha de seguir
y
seguimos en la Mancha!
Saludo
Señor Presidente de la
Asociación de Cofradías, Hermano Mayor de la Cofradía de la Flagelación, presentador
de mi pregón, amigo mío.
Junta de Gobierno de la
Ilustre, Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre
Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo,
Consiliario D. Antonio,
Miembros de Juntas de
Gobierno de otras hermandades,
Autoridades civiles,
familia, cofrades,
amigos todos.
No merezco las palabras
de mi presentador porque no son justas, ni son objetivas porque sé que hablan
desde el corazón. Que Dios te bendiga, Emilio, y haga que no decaigas en el
camino que debemos andar juntos. Compañero de fatigas, verdadero cirineo de
Cristo.
Permitidme que les
salude primero a Ellos, motor de mi vida.
Me trajistéis a este mundo
por medio de mis padres,
ahora voy hacia vosotros,
remando entre agua y vinagre.
Acogedme en vuestros brazos
cuando llegue por la tarde,
No abandonéis mi suerte
si la leña ya no arde,
si os esquivo por vergüenza
o por ser un miserable.
Que mi suerte sois vosotros
por teneros de mi parte
Sois mi Bondad y mi Consuelo,
lo que imploro nunca falte
y menos en este Pregón,
de este sábado por la tarde.
Saludo a todos los
presentes. El Pregón de hoy es el Pregón de las personas que componen nuestra
querida hermandad. Quiero dedicar este pregón a todos ellos. Con mención especial a Manoli, mujer de mi
primo Jose, que se fue con el Cristo de la Buena Muerte la madrugada del pasado
miércoles; a mi cuñado Julián, que noto su falta cada día; al padre de Prado
Cárdenas, Antonio.
La flor de mis días, mi
querida esposa, María Teresa y mis hijas María e Irene ya me dedican sus vidas como
yo les dedico a ellas la mia. No trasciende mi amor incondicional por ser hoy
el día que es. A mi mujer le debo su paciencia, su tesón y su amor infinito
hacia mí, porque ya me lo ha demostrado y me lo demuestra cada día, A mis
padres por darme la vida y por querernos a mí y a mis hermanos. Formáis parte
de mí y este pregón también nace de vosotros.
Permitidme dirigirme
también a dos personas muy especiales que ya no están con nosotros y que
quiebran con nostalgia la memoria de toda la familia. Estoy hablando de Elías y
María, mis suegros.
- Sed testigos un día
más de la evocación al recuerdo, de vuestros hijos cuando eran niños, de
cuidarlos con anhelo:
Nueve semillas dejasteis
sembrando el Prado completo,
que con la Virgen del Prado
buena cosecha prometo.
El
Pregón de las Personas
Tengo que remontarme al
año 1990. Era tan solo un chaval que todas las tardes bajaba a jugar con la
chiquillería de la Calle de la Luz, donde mis padres regentaban un bar, esquina
con la Calle Estrella, en el popular barrio del Perchel. Cuando venía del
colegio ne encomendaba rezando a la talla de una Virgen de Escayola que mis
padres tenían en su dormitorio. Es una Inmaculada a la cual venero, incluso
ahora, cuando visito el domicilio familiar. No sabéis cuánto he llorado ante
esta imagen. Cuánto me ha abrazado a la Virgen en ese dormitorio, cuánto me he
sentido querido, desde muy niño.
Hacía la tarea temprano
y bajaba al bar a merendar. Jugaba con los amigos en los aledaños del Instituto
Femenino, la Ermita de los Remedios, la Calle de la Luz, la Plaza de Agustín Salido
y la Plazuela de Santiago.
¡Quién me iba a decir
que este lugar confluyera en mi vida tantas veces como testigo!
Me apunté a la Banda de
Cornetas y Tambores de la Dolorosa de Santiago el verano que finalicé la
educación general básica. Fue allí donde conocí a mi esposa y comenzó a
fraguarse de algún modo mi Pasión por la Semana Santa.
Los banderines de las
cornetas y las faldillas de los tambores eran bordadas por las Hermanas de la
Cruz y el hecho de llevar la inscripción “Dolorosa de Santiago” en la gala de
mi corneta, acrecentó en mí un amor especial hacia la Virgen de los Dolores.
Mis vivencias en el
entorno semana santero se fraguaron en la Parroquia de Santiago. Me encantaba
ir a ver limpiar y adecentar los pasos de la Santa Cena, Ecce Homo y el
Santísimo Cristo de la Caridad, conocidos popularmente como Pilatos y Longinos.
Mi primo José, hijo de
mi tía Dolores, era costalero de la Virgen de los Dolores, que por entonces se
portaba a dos hombros. También era portador del Cristo de la Buena Muerte de la
Hermandad del Silencio. Fue el espejo donde miraba mi futuro como costalero.
Sabes, de buena fe, que ya Manoli está con él.
Mi tía Dolo, su madre,
ha trabajado durante muchísimos años en la casa de Don Rafael Ruiz, y gran
parte de mi familia paterna pertenece a la Hermandad del Silencio por ella.
Son también hermanos de
la Hermandad del Santo Descendimiento, pues mi tio Pepe siempre ha estado
vinculado al gremio de la construcción. Entiendo que la cercanía del domicilio
de mis tías y el mío propio a la Ermita de los Remedios, encandilara a mis
primos y a mí una atracción especial por el misterio del Santo Descendimiento.
Junto a mi primo Miguel
Blanco pertenecí unos años a esa bendita cuadrilla de hermanos costaleros
capitaneados por Antonio Señas: Agustín
Casado, José Félix Martín, Portu, Jorge Donaire, Atana.... siento no poder
nombraros a todos, También allí, en el seno de esta gran hermandad, conocí a mi
gran amigo Miguel Ángel del Hoyo, costalero de raza, amistad que se
acrecentaría más adelante fuera del mundo del costal y de las cofradías.
Fue justo después de la
primera salida procesional del Santo Descendimiento cuando cuece un caldo que
alimentaría a toda la Semana Santa ciudadrealeña. Se estaba cocinando, a fuego
lento, nuestra querida hermandad.
Capataz
Antonio Señas,
de
carisma sin igual,
trajiste
contigo tu gente,
de
ese mundo del costal.
Agustín
Casado al frente,
costalero
original,
ahora
ayudas a la gente
y
a toda la sociedad.
Gente
de casta valiente,
de
los Remedios vendrán
a
conformar la cuadrilla
de
Jesús de la Bondad.
Es de bien nacidos, ser
agradecidos. Vuelvo a reincidir en un pregón de las personas, de la gente que
hacen grande todo esto. Cuando José Luis apunta en un viejo cuaderno de rayas a
los futuros hermanos, apenas éramos 20. Hay que agradecer toda la gesta al
verdadero impulsor de la hermandad: Emilio. Convocó a gente de todos los
estamentos para seleccionar los ingredientes. Gracias a los componentes de la
tertulia Martillo y Trabajadera se pudo convocar al mundo del costal en un uno
de los salones que la Cruz Roja poseía en la Ronda. No teníamos ni sitio de
reunión, pero Emilio, como siempre, sacaba conejos de la chistera. Era el
consejero general de José Luis, el tesorero, el secretario, el cobrador de
recibos... ¿qué no has hecho tú, Emilio, por la hermandad? Eras ya el Hermano
Mayor en la sombra.
Cuando encargaste con
José Luis la Virgen en los talleres de Ramos Corona, seguro que desconocíais la
joya que vendría para Ciudad Real. El boceto de arcilla no servía lo suficiente
para vislumbrar la belleza de la talla del joven imaginero de la ciudad
hispalense.
Bendecida
ya en la cuna
del
artista sevillano,
no
fuimos buscando el nombre
Consuelo
te bautizamos.
De
azul cielo vestida
y
con diadema de estrellas,
nos
cegaron ya tu luz,
tu
juventud y tu belleza.
Allí,
a la Calle Estrella
íbamos
a visitarte
el
rosario te rezamos,
cada
miércoles por la tarde.
En
el Barrio de Santiago,
un
lucero vespertino
perchelera
sin tapujos
hace
alto en el camino.
Ya
tendrás por primavera,
dolores
negro azabache
en
parihuela de nácar
de
San Juan de Aznalfarache
Te
vestiremos con saya
de
terciopelo bordado
el
manto al pollero atado
y
brocados de hilo fino.
De
grana y oro vestida
¡¡Reina
del baluarte,
de
la entrega costalera,
que
muere por consolarte!!
Comenzaron los ensayos
de la primera cuadrilla de costaleros en el antiguo cuartel de Artillería.
Guardamos la parihuela traida de Sevilla con trabajaderas de madera, novedad
entonces, como todas las novedades que implantará nuestra querida hermandad a la
ciudad.. En la primavera de 1991 llegó el ansiado momento. Qué momento el de tu
primera salida procesional:
La
ilusión llenaba las naves
aquellos
primeros ensayos
de
unos jóvenes cofrades
que
nacieron de tu manto.
La
gente de la cruz roja,
Antonio
Señas, Marcelino...
se
sumó el Ave María,
y
también Alfredo vino.
Con
qué empeño levantamos
sudando
en las trabajaderas
y
guiándonos por fuera
Juan
Carlos y Juan Luis Huertas.
Costaleritos
de plata
de
faja y costales nuevos
con
parihuela de nácar
alpargatas,
fe y empeño.
En
tu primera salida
en
volandas te portamos
como
Tú te merecías
Reina
del Santo Rosario.
Sin
bambalinas de oro,
sin
gloria ni techo palio,
solo
manto de terciopelo
y
sobre peana de estaño.
¡Por
gloria el cielo estrellado!
¡y
la gente de los barrios!
que
se acercan para verte
la
hermosura de tu llanto.
Esa
gente que al mirarte
se
siente reconfortada
pues
solo ya contemplarte
dibuja
sonrisa en sus caras.
Misericordia,
María,
resguárdanos
en tu manto
La
Bondad está por llegar,
¡Consuelo
para tu llanto!
Parió nuestra Bendita
Madre a Jesús de la Bondad en la Navidad de aquel glorioso año, Todos soñábamos
el momento de verte por primera vez, y todos coincidimos cuando se produjo el
milagro. Todo tu semblante era el de un Hombre Bueno, sumiso y obediente. Tu
rostro no dibuja ningún gesto de ira ni de odio por los latigazos, solo
resignación por la voluntad del Padre. No hay quien pueda mirarte Señor sin
quedarse ensimismado, pues la dulzura que transmites es todo Bondad. Desnudo ante
nosotros, nos revivirás la Pasión como cada Primavera. La ciudad se transforma
para recibirte como entonces:
Al
alba del Lunes Santo,
queda
el recuerdo latente,
de
una entrada muy triunfal
pero
dudas en tu suerte.
Un
prendimiento advierte
que
el humano está presente,
que
eres Rey de los Judíos,
pero
no te haces el fuerte.
Ultrajado,
flagelado...
de
granate y coronado,
compungido
y resignado
¡sabes
que todos mienten!
Agua
y sangre de tu frente,
vencido
y maniatado,
¡dejadme
sentarme al lado
del
ahora Reo de muerte!
Que
quiero curar su espalda
y
quitarle esa corona
que
castiga y le humaniza
como
excepción de la norma.
Los
flagelos ya no existen,
agua
fresca de la fuente,
Consuelo
para mi Señor,
¡para
mí su Bondad de siempre!
Un momento muy doloroso
que vivió la hermandad fue el buscarle un sitio para tener a Nuestros Titulares
al culto en el lugar más digno, la Casa de Dios. Llevamos la cruz de Santiago
en el escudo de la hermandad por estar establecida canónicamente en la
Parroquia de Santiago. Debíamos procesionar el Jueves Santo con la Pasionaria
de la parroquia, pero quisimos hacerlo el miércoles. Gracias a Lorenzo Selas,
Alcalde entonces, medió con el obispo para conseguir este objetivo. ¡Cuántos
pequeños milagros se han conseguido!
Pero no tuvimos cabida
en la sede canónica. Pedro Jaramillo, Vicario entonces, nos animó a buscar
sitio en otros templos. Y fue cuando él nos abrazó, Don Eugenio Sánchez Vega, y
nos dio posada y cobijo. Dio de beber y de comer a una hermandad peregrina. Partimos
al desierto huyendo, desterrados sin destino, pero con gran fiesta fuimos
recibidos. Esta hermandad está profundamente agradecida. Cada Pregón en esta
casa hará rememorar, como en toda Eucaristía, a nuestro Consiliario Honorario
Perpetuo Estoy seguro Señor que estás con él, en la mesa y el camino, con pan
caliente del día y buen vino envejecido..
A Dios nadie le vio jamás. Jamás, nadie, nunca. Sin embargo Jesús sigue el camino en la historia y hace que se le rememore cada día. Además, Él particularmente es el personaje de la historia del que más se ha hablado y escrito sobre Él. No hay nadie que tenga más popularidad, por muchos dominios, fama o gloria que pudieron llegar a adquirir Cristóbal Colón, Felipe II, Napoleón Bonaparte, Adolf Hitler o el Che Guevara.
Es el personaje eterno,
de todas las eras, de todas las épocas. Tanto es así, que hasta la historia se
conoce como antes de Cristo, y después de Cristo. Todo por la voluntad del
Padre. Pero sembró durante su corta
estancia tanto Amor, que los apóstoles no tuvieron ninguna duda que murió por
Amor, pues amó a los hombres tanto como el Padre, por eso entregó su vida por
nosotros. Este es el misterio del Amor, que el apóstol San Pablo reclamaba
cuando afirmó: “me amó, y se entregó a la muerte por mi”.
El Apostolado que
sembró Jesús por la Pasión fue tal, que todos los años asegura la cosecha. Es
cierto que llevamos unos años malos, con sequías y fenómenos adversos. Es por
ello por lo que debemos retomar esa semilla, y sembrarla más profunda en la
tierra, para hacerla germinar hasta el fin de los días. Si estuvieran entre
nosotros cualquiera de sus Apóstoles, os aseguro que darían su propia vida para
que así fuera.
Retomando la Pasión, me
llama poderosamente la atención un gesto de Jesús. Su silencio. No articuló
palabra hasta llegar al Calvario donde entregó al discípulo amado a su madre.
Ni cuando calló con el madero al suelo. Mirando a su madre a los ojos, no tuvo nada
que decirle.
Miércoles
Santo Bendito,
Jesús
encabeza el Misterio,
silencio
blanco en la tarde
y
al alba silencio negro.
Por
la Calle Lanza abajo
camino
de San Pedro,
va
mi Cristo descarnado
azotado
sin remedio.
La
sentencia te ha llegado:
latigazos
con porfía
Amargura,
Soledad y llanto
en
la Puerta de la Umbría.
Ni
una palabra a tu Madre,
con
la mirada bastaba...
¿merece
el Hijo de Hombre
tanta
crueldad desatada?
Por
la Calle Lanza abajo,
en
la puerta San Pedro,
maniatado
a la Columna
se
ha iluminado este templo,
Luz del mundo para el hombre,
que
no sabe iluminarse
dejándole
en su regazo
pelo,
piel, sudor y sangre.
Con
Bondad se puede todo,
la
Soledad la miraste,
la
Amargura va por dentro,
y
por eso no le hablaste.
Por
la calle Lanza abajo,
abandonando
tu templo,
Misericordia
te grita
una
Madre desde lejos.
No
te vuelves a mirar,
¡como
tanto sufrimiento
vas
imprimiendo al andar,
de
costero, largo y lento!
¿Cómo
sabrás Perdonar
tanta
infamia, enredo y lucha,
si
sólo Consuelo te escucha
Mi
Señor de la Bondad?
Silencio
blanco en la tarde
y
alba silencio negro
por
la calle Lanza abajo
¡va
mi Cristo sin remedio!
Muchos corazones lloran
y sufren en silencio llenos de gratitud y asombro ¿Es posible que Jesús me
quiera tanto? ¿Es posible que María pueda sustituir el Amor de su Hijo por el
de toda la humanidad?
Me quedo sorprendido
también con las personas que quieren tanto a sus Titulares. Y aquí me
extiendo también a otras hermandades,
que demuestran un cariño incondicional a sus imágenes Titulares y a la propia
hermandad en sí. Rindo desde este atril un sentido homenaje a la Junta de
Gobierno de la Hermandad de la Misericordia. Mi enhorabuena a su hermano mayor,
Juan, que contra viento y marea ha desmarcado su Amor hacia su Bendita Madre de
la Misericordia, desbancando a las propias dificultades y las circunstancias de
la vida misma. También mi enhorabuena a José Antonio, su ya eterno capataz. Sus
obligaciones como padrazo que es de sus dos hijos; las de prestar servicio a la
sociedad desde su querida Protección Civil; como también sus obligaciones
laborales como director de banco, no han impedido desprenderse del Amor de su
Madre y extiende su sacrificio de sacar a costal el Dulce de Nombre de María al
de su Misericordia. También mi felicitación a Fran y a Miguel, como resortes y
puntales de que todo llegue a buen fin. Vuestro amor incondicional a la
Santísima Virgen de la Misericordia hace que la gente que os rodea se sienta
orgullosa de teneros como amigos, pues dais ejemplo con vuestra actitud.
Alejandro Simón, otro
ejemplo de Amor incondicional a nuestras cofradías. No podía dejar escapar esta
oportunidad para brindarte mi apoyo y gratitud por los ambiciosos proyectos que
acometes. No te dejes desfallecer y continúa apoyando con tu buena mano a la
Semana Santa de Ciudad Real con tanto mimo y decoro como lo haces, sacando ese
valioso tiempo que no tenemos.
Me extiendo también a
tu primo Monchi, ¡cómo se nota la sangre! que tanto me quiere y tantos consejos
me guarda ¡Cuántas lecciones de Amor canta sobre la Señora, nuestra Bendita
Madre del Consuelo!
Y cuántos ejemplos de
Amor verdadero en nuestra hermandad:
- Emilio Martín: sin ti
no seríamos nada, Para mí eres como el Apóstol San Pedro, que puso la primera
piedra de la Iglesia. Emilio es, sin duda, quien puso la primera piedra de todo
el fenómeno de la Flagelación y me atrevería a decir que de la nueva era de las
cofradías en nuestra ciudad.
- Alfredo Muñoz: otro
Apóstol del Señor. Haciendo apostolado en sus clases de Religión, es pura
catequésis en la organización de los cultos, del cortejo, del vestir, y en
definitiva del buen gusto de lo que debe ser una hermandad.
- Jesús León,
costalerito de plata... y Mayordomo. Tu labor infatigable es la más necesaria
para el esplendor de nuestra Hermandad. Llevas a tus espaldas muchos años de
salir al frente convirtiéndote en legión, siendo un solo legionario. Gracias
por tu tiempo y esfuerzo. Extiendo el agradecimiento a tus colaboradores Jose y
Moyano.
- Miguel Barba,
baluarte de la entrega costalera y del día a día con tu trabajo, con tu querida
mujer, Almudena y ahora con vuestro retoño, el pequeño Martín. Sois ejemplo de
familia y vida cristiana. Apasionado de Jesús y de María. No hay más que
fijarse cómo te desnudas ante Ellos y ante los que te rodean. Siempre que te
recuerdo, entra en escena la figura de Sergio, ejemplo entrañable de amistad
verdadera.
- José María Pastor y
Chefo, los que tiran “de los carros”. Sois coparticipes del milagro de cada
primavera y testigos de la entrega por Jesús, atado o en la Cruz, y por María.
- Miguel Ángel del
Hoyo. Qué decir de ti, amigo Willy, si eres como yo. Amamos a la Virgen “a lo
bestia”. Que nos guarde el Señor muchos años unidos en el camino. Ni que decir
tiene que necesitamos de tu furgón, tu camión y tu pasión. En definitiva de tu
apoyo, para nuestra hermandad y para el Amor de nuestro Santo Descendimiento.
- A todos los del mundo
del costal, a Víctor y Juan Manuel Herance, a los hermanos Jaramillo, Víctor
Dorado, Alberto Donaire, Marcelino, Ernesto, Juan José, Manuel Gutiérrez, David
Pereira, y tantos y tantos otros que estuvieron entre nosotros y que siguen estando
e involucrándose con el espíritu costalero. Especial recuerdo para Agustín
Casado y este año con especial atención al pregonero del año pasado, Ángel
Ramón, cirineo verdadero del Amor de Cristo. Sabes que tu madre siempre estará
en Ti, como lo está tu Padre, tu Cristo Moreno de la Bondad y su bendita Madre
del Consuelo.
Merecen mención
especial Antonio Señas, Juan Luis Huertas, Marcelino Abenza y Juan Carlos
Naranjo, impulsores verdaderos de nuestras cuadrillas, capataces de solera,
pusieron su grano de arena para el inicio de la gesta.
Transmito mi admiración
a toda la Junta de Gobierno, a la Camarería, al Grupo Joven, a toda la gente
que se involucra de un modo u otra con la vida de nuestra querida hermandad. Lo
extiendo a todos los cofrades de esta mi Hermandad y todos los hermanos y
cofrades del resto de hermandades y cofradías, pues sois para mi ejemplo de
vida y espejo donde debieran mirarse otros corazones.
Pero no puedo
explayarme más. No puedo nombraros a todos. Entendedlo, porque os aseguro que
podría escribir un pregón con mis vivencias con cada uno de vosotros. No quiero
dejarme a nadie en el tintero y no entendáis la omisión de vuestro nombre como
falta de cariño, sino de tiempo.
A todas estas personas
las mueve el Amor. El Amor es el motor del trabajo para su cofradía. Todos
tienen el mismo denominador y estoy convencido que ni Jesús ni la Santísima
Virgen dejarán que os desviéis del camino, porque cuidan de vosotros, como
vosotros cuidáis de Ellos.
Cofrades
y hermanos todos,
que
al mundo dais aliento,
con
vuestra forma de vida,
con
trabajo y sufrimiento.
Sacando
un Cristo a la calle
o
una Virgen bajo palio,
estáis
grabando la historia
del
Amor más descarnado.
Limpiando
plata y enseres
o
tocando la corneta.
así
se mira al Señor
como
se canta una saeta.
Cofrades
y hermanos todos,
echad
a la calle el talento
que
un gran trabajo sublime
no
se lo llevan los vientos.
De
los que funden la cera,
de
los que pinchan las flores
en
los fanales de gloria
de
esas benditas labores.
O
las que cosen y bordan
las
sagradas vestiduras
o
los pañuelos de encaje
o
la filigrana más pura.
¡Cofrades
y hermanos todos
así
hacéis apostolado
del
camino del Amor
que
llega sin esperarlo!
Las
Hermanas de la Cruz
Las que esperan el Amor
abrazando la Cruz son las hermanas de Santa Ángela. Caridad, Humildad y
Pobreza, hacen de la Cruz de Cristo su estandarte y su bandera. Además, no hay
personas más cofrades que las Hermanas de la Cruz, por sacar cada día a Cristo y
a su Bendita Madre a la calle. Cada día, puerta por puerta, las monjitas
incansables de las calles, de los barrios, de las aceras, aportan a la sociedad
el bien más preciado: la fe. Ya escribí un artículo para un boletín de nuestra
hermandad que lo comentaba. Miserables de nosotros que buscamos el prestigio,
buena posición social, ser bien mirado entre nuestros vecinos. Luchamos por
poseer, incrementar nuestro patrimonio, acaudalar bienes para vivir mejor. No
nos paramos a reflexionar que Cristo, cada día, nos señala a Dios, justo el
camino contrario, el verdadero camino, el bien eterno. Todo lo terrenal, tarde
o temprano, toca fin. Es por Él por quien tenemos que dar sentido a nuestra
vida. Hacer las cosas en su nombre, mirar por la causa de su Hijo que nos amó
tanto, e incluso mortificándonos, aunque sólo sea en pequeños gestos por Él.
Qué menos por el que dio la vida por nosotros. No tiene sentido nuestra vida
sin la fe y ésta debe ser nuestro bien más preciado.
Las Hermanas de la
Cruz, abrazadas a la Cruz de Cristo, se mortifican cada día y reviven su Pasión
con heroico pedestal. Javi, Hermano Mayor del Santo Descendimiento, al igual
que su hermana Eva, las conocen bien. Mi mujer fue compañera de Eva durante
muchos años. Allí, en la Plaza de Santiago, junto a su morada, en unas aulas
preparadas para la enseñanza, las Hermanas de la Cruz daban clases de
mecanografía, bordado a máquina y corte y confección. De una manera totalmente
altruista, las Hermanas de la Cruz formaban a las niñas sin recursos para su futuro
inminente. Cuántas veces hemos rememorado aquellas tardes de mayo, mes de las
flores. Con qué nostalgia las recordamos.
Junto con mi esposa María Teresa, guardo un recuerdo
muy íntimo en su capilla del convento el día de nuestro matrimonio. Tras casarnos
en la Parroquia de Santo Tomás, siendo testigos nuestros queridos Titulares,
fuimos al Convento de las Hermanas de la Cruz por deseo de mi reciente esposa.
Allí esperaban ansiosas de recibirnos. Llenas de júbilo nos hicieron postrarnos
ante su Altar. En la entreplanta de arriba estaban, al órgano, la Hermana
Visitación, superiora del Convento, y la Hermana Patricia dirigiendo un coro de
alumnas. De repente comenzó a sonar una Salve como yo nunca había escuchado.
Las notas del órgano quedaron grabadas para siempre en el recuerdo. Cuando
terminó el maravillo rezo cantado, Teresa y yo nos miramos totalmente
emocionados. Estábamos llorando de gozo. Así son las Hermanas de Santa Ángela.
Con pequeños gestos hacen muy felices a las personas.
He sido testigo de cómo
se entregan a los más pobres: se llenan de felicidad el día de Reyes cuando
entregan los juguetes a niños cuyos padres no tienen para regalos; ayudan con
alimento y ropa a las familias más necesitadas; visitan a los enfermos en los
hospitales que viajan solos en el camino de la vida; ¡cuánta labor social hacen
las hijas de Santa Ángela!. Actualmente sólo una decena de ellas queda en el
convento. Pido a Dios que no falten vocaciones para esta orden tan necesaria
para nuestra ciudad. Que la Zapatera de Santa Lucía y ahora del Cielo llame a
los corazones que viven para amar y las abrace a la cruz de Cristo. Hermana
Visitación, Hermana Eulalia, Hermana Fruencisla, Hermana Patricia, Hermana
María Josefa, Hermana Regina, Hermana Gloria... que Dios os bendiga a todas...
Bendita
orden la vuestra,
amarradas
a la Cruz.
La
caridad y la obediencia
son
camino, guía y luz.
Sois
el faro del regreso
y
cofrades de verdad.
Dais
fe de vida nueva
con
ejemplo y humildad.
Menudo
ejemplo de vida
¡menuda
vida ejemplar!
tan
solo con una decena
se
forma legión sin igual.
Una
decena de rosas
que
repican, sin dudar,
buscando
el sustento de muchos
por
toda nuestra ciudad.
Mi más sincero homenaje
a las Hermanitas de la Cruz, de cuna sevillana, pero de índole cofrade universal.
Pido a Dios que nunca falten de nuestra sociedad estas benditas mujeres, y
sobre todo, espero poder verlas durante muchos años, tanto el Miércoles Santo
como el Jueves de Pasión, en su placita de Santiago, emocionadas con la imagen
de la Virgen, ya sea del Consuelo, Nuestra Señora de los Dolores o el Dulce
Nombre de María.
La
vida de hermandad
Cada unidad forma parte
de algo global. Igual que Dios encomienda una misión a cada uno de los que
entregan su vida por Él, también Dios quiere algo de nosotros. Estoy convencido
que nos coloca en el sitio adecuado para conseguirlo. Con qué cariño se trabaja
cuando es para tu hermandad. Que le pregunten a Prado Alcázar, vistiendo a la
Señora en todos los tiempos litúrgicos; o a María, otra impulsora de que el
orden y la organización vaya más a allá de las filas de nazarenos; o, ¿por qué
no mencionar a mi amigo Felipe Escobar, si es el mayor divulgador de nuestra
cofradía a lo largo y ancho de esta ciudad?
La vida de nuestra
hermandad está latente gracias a gente muy comprometida. Además somos el punto
de referencia de otras hermandades y cofradías y debe servirnos esto para hacer
verdadero apostolado más allá de nuestras filas. Ayudar a otras hermandades con
menos recursos, prestar enseres para su cortejo procesional o para la
organización de sus cultos o incluso asesorar y aconsejar por nuestro
conocimiento y buen hacer, son instrumentos muy valiosos para el crecimiento y
divulgación de toda la Semana Santa ciudadrealeña.
Me gustaría que no se
hablara de la Flagelación por sólo sus excepcionales cuadrillas de costaleros,
o por su bello patrimonio, sino por el ejemplo de nuestro Grupo Joven, por el
buen hacer social y cultural de todos sus hermanos y vecinos, por extender al
resto de cofrades el cariño que profesamos al Señor o a su Bendita Madre cuando
salen de su casa a la calle, indistintamente de su advocación, misterio o
entorno geográfico. El hermano de la Flagelación, me gustaría que fuera
cristiano comprometido, involucrado de algún modo en la vida de su hermandad y
en aquella que lo necesite. Para ayudar a nuestro prójimo, nos apoyaremos en
Jesús de la Bondad, que nos guiará en lo que pidamos.
Ay Señor de la Bondad,
atiende siempre nuestra súplica, aunque nosotros te desviemos la mirada o no
atendamos tu llamada, por comodidad, por miedo o por puro egoísmo.
Los
romanos con Herodes,
certifican
la injusticia
con
una sentencia de muerte
apoyada
en sus milicias.
Que
no hay más Rey de los judíos,
que
la loba nos domina,
y
no existe más poder
que
el que Roma desafía.
Ni
sanedrines ni palacios,
tampoco
el procurador romano,
supo
entender el silencio
ni
la calma del Humano.
Ay
Señor de la Bondad
¿por
qué cediste tan callado?
¿por
qué suspiraste sin odio
estando
tan ultrajado?
Ni
los azotes ni los flagelos,
ni
la corona de enredos,
ni
la cruz ni los martirios
hicieron
dolor al Reo.
Le
hizo más daño el pecado
de
los hombres sin remedio,
y
reavivan sus heridas...
las
del alma y las del cuerpo.
Perdónanos
Señor por todo,
Salvador
del mundo muerto,
sin
coronas ni medallas,
alerta,
siempre despierto.
Sin
imperios ni palacios,
sin
ningún poder confeso.
Pudiste
dominar el mundo
sin
mentiras ni recelos.
Elegiste de otro modo,
mi
Señor de la Bondad,
como
servidor del hombre
con
justicia y humildad.
Cómo te ganaste el mundo,
sin
reinar ni gobernar,
tan
solo con tu Palabra
y
un mensaje de verdad.
Tú
nos trazaste el camino.
Como
faro pusiste la cruz,
como
guía a tu Bendita Madre,
y
al prójimo como luz.
Para
iluminar el destino
del
sendero de Salvación.
A
Cristo se va por María
con
esperanza y con fervor.
Aliméntanos
Señor,
para
este duro viaje,
con
tu cuerpo y con tu sangre,
que
entregaste con amor.
Redentor
de pecadores,
de
cobardes asesinos,
de
incrédulos gobernantes,
de
jueces y malos ministros.
Redentor
de los traidores,
de
gente sin compromiso,
de
gente sin caridad,
de
los pobres y los ricos.
Sabemos
que no va ser fácil,
que
no es un camino de rosas.
Que
estará plagado de espinas,
esas
que fueron corona.
Corona
de un Rey sediento,
que
se explicaba con misterio,
pues
hablaba desde el Padre
quedándose
sin aliento.
Que
pidió de beber agua
y
con vinagre le atendieron
¡Ahora
beberemos de Él,
hasta
el fin de nuestro tiempo!
Por
eso tus costaleros,
Señor
moreno del parque,
te
alzan hasta los cielos,
como
hubiera querido tu Madre.
Para
aliviar tus dolores,
para
alargar tus andares,
con
chicotás muy valientes
y
el izquierdo por delante,
Por
eso ya no estás solo
mi
Señor moreno del parque,
porque
una cuadrilla de ensueño
se
muere por ayudarte.
Con
levantás de puntillas,
con
filigranas de arte,
con
una casta infinita
de
una raza baluarte
con
revirás eternas,
con
saludos y pasaje,
y
una forma de caminar
que
pareces navegante.
Almirante
de tu barco,
navegarás
todos los mares,
esos
que fueron las calles,
de
flagelos y de sangre.
El
Miércoles cambiará todo,
¡volverá
la fe y el anhelo,
con
una cuadrilla de oro
de
todos tus costaleros!
El camino se inicia
cuando se termina su obra en la tierra. A los pies de la cruz hace de su madre
también la nuestra, elevándola a Madre Universal y por lo tanto corredentora.
Es tal la importancia de la Virgen en nuestras vidas que dependeremos de ella
para nuestra Salvación. Como dice la Salve, ella es vida, dulzura y esperanza
nuestra. Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, rosa mística, casa de
oro, torre de David,...... las letanías del Santo Rosario creo que se quedan
insuficientes para definir a María,la esclava del Señor. Debemos de venerar a
María, nuestra bendita madre, cada día de nuestra vida., porque gracias a Ella
se puede ejercer la función salvífica del Redentor. Fijaos bien, si no hubiera
existido María, Dios no hubiera podido
reencarnarse en la figura de Jesús.
Fue la única que con una condición
puramente humana. pudo engendrar en su
vientre al Redentor del mundo. Sucedió en aquel tiempo porque estoy plenamente
convencido de que no existirá jamás otra mujer como María y por eso la
convierte en un ser tan especial. Dios necesitó de María, por tanto la
convierte en co-redentora. No hay Cristo sin María.
Nos
dejaste a tu Madre
en
este mundo de llanto,
para
poder consolarnos
en
el cobijo de su manto.
Dolorosa
Universal,
de
puñales en tu pecho
es
la gloria celestial
de
la gente sin remedio.
Es
Esperanza de vida,
de
Perdón sin miramiento,
de
Dulce Nombre, María,
de
Misericordia repleto.
Ave
María Señora,
sin
pecado concebida,
la
del Calvario sufriendo,
y
por su Soledad partida.
La
Amargura de su llanto,
es
por muchos revivida,
por
la Angustia del presente
y
la moral desfallecida.
No
dejes que nadie caiga
en
oscuridad de tinieblas,
no
permitas que nadie sufra
hazlos
retornar a tu mesa.
A
la mesa de la familia,
llena
de paz y paciencia,
en
la que comulgamos todos
y
hacemos grande la fiesta.
Por
eso el Miércoles Santo,
te
pasearás como Reina,
Reina
de los que sufren,
de
los que lloran y piensan,
que
eres la Madre de Dios,
la
que cumplió su promesa,
de
ser la esclava del Padre,
conservando
tu Pureza.
Pensando en ti rezo, María,
por
la Fe que nos profesas,
que
siendo Corredentora,
nos
haces llamar a tu mesa.
Para
alimentarnos de Él,
para
mostrarnos su gesta.
Por eso el Miércoles Santo,
llenarás
el firmamento,
con
un cielo lleno de estrellas,
para
agraciar el momento,
de
seguir tras el Señor
con
monumental cortejo.
La
que abraza a todo hombre,
como
abrazó a su Hijo muerto,
con
un corazón traspasado
y
el Mayor Dolor confeso.
¡Así quiero pregonar,
rezándola
cada día!
pues
todos las que la buscan,
encuentran
Consuelo en María
Por
eso el Miércoles Santo
os
animo a ir a buscarla,
para
que halléis las respuestas
a
las dudas desatadas.
Que
la miréis a los ojos
que
la recéis para amarla.
que
supliquéis con amor
el
perdón de vuestras faltas.
La
verás en chicotás de ensueño,
caminando
sobre puntillas
con
revirás a compás
y
saliendo con valentía.
Pregonando
con el esfuerzo
de
la gente que cobija
bajo
su manto granate
que
alumbra su candelería.
Gente
de casta valiente,
la
del palio del Consuelo,
se
arman de fe costalera
con
trabajo, fe y empeño.
No
hay forma mayor de gozar,
que
con pleno sufrimiento,
sabiendo
que vas a portar
a
la Reina de los Cielos.
Costalero de la Virgen
que
levantas con anhelo
el
sentir de todo un pueblo
que
te quiere con respeto.
Seremos
legión de María,
será
nuestra capitana,
por
ser la flor más preciada
de
las gentes de La Mancha.
Así
lo anunciaba él,
nuestro
consiliario perpetuo
A
Cristo se va por María...
¡queridísimo
Don Eugenio!
María,
cómo nos cuidas...
¡con
qué consuelo nos calmas!
muéstranos
a tu Hijo,
y
el misterio de su alma.
El
calor que nos transmites,
quema
el prado de La Mancha.
Que
ya por el mes de agosto
te
repican las campanas.
Irás
a la Gloria con Él,
como
entonces le abrazabas,
cuando
era pequeñito,
y
al oído murmurabas,
y
le cantarás de nuevo
esas
entrañables nanas,
que
también eran desvelos
pues
con ellas le rezabas.
Irás
a la Gloria con Él,
Virgen
del Prado bendita
que
el Consuelo de tu manto
promueve
Bondad infinita.
Pero
ahora en primavera
enjuaga
tu dulce llanto,
quisiera
ser tu pañuelo
la
tarde del Miércoles Santo.
O
puedo ser la flor,
la
que portas con anhelo.
Así
me darás calor
y
la textura del cielo.
Y
si no pues tu fajín,
bien
ceñido a tu cintura
para
no separarme de ti
y
quererte con locura.
Quisiera ser tu fajín,
o
la flor, o tu pañuelo...
Llévame
siempre contigo,
¡Madre
mía del Consuelo!
y
te ruego que por las noches
seas
la voz de mis desvelos.
He
dicho.
Una vez concluido el pregón, el Hermano
Mayor, D. Emilio Martín Aguirre, le hizo entrega de un recuerdo por la pronunciación
del XVIII Pregón de la Hermandad, y al Vice-Presidente del Grupo Joven, Alfonso
Haro Pardo, se le entrego un cuadro como recuerdo por la pronunciación del I
Pregón Juvenil el pasado 29 de diciembre de 2012.