martes, 23 de junio de 2020

ENTREVISTA A FRANCISCO VERDUGO, UNO DE LOS MEJORES TALLISTAS DE ESPAÑA Y AUTOR DEL TALLADO DEL SEÑOR DE LA BONDAD



Nacido en Sevilla un 12 de septiembre de 1973 en el barrio de Cerro del Águila, llegó a cursar estudios universitarios pero su amor por el oficio le llevó a dejarlo y a buscar la forma de empezar a formarse como tallista. En 1995 entró de aprendiz en el taller de Manuel Durán, lugar donde al cabo de seis años después, asentó sus cimientos del actual taller.

Desde entonces ya han pasado 15 años donde destacan sus principales trabajos en Prendimiento de Almería, el Carmen Doloroso, los candelabros del paso de misterio de Montserrat,el nuevo altar para la Hermandad del Rocío de Sevilla (El Salvador), la Vera Cruz de Pilas, Cautivo de Morón, Vera Cruz de Alcalá del Río, nueva canastilla de la Asunción de Cantillana, la Buena Muerte y Angustias de Almería, el Nazareno de Alcalá de Guadaíra, Cautivo de Sanlúcar la Mayor, la Piedad de Cabra, Flagelación de Ciudad Real etc.

¿De dónde viene su devoción al arte?

Pienso que nací con ella, lo único es que comencé a desarrollarla y hacerla visible más o menos a la edad de catorce años, que es cuando ya vas teniendo unas aptitudes y actitudes para poder empezar de alguna manera a disfrutar de esa magia que es el arte en toda su amplitud.


¿Cuál fue su primer proyecto como tallista?

El primero de todos apareció en mi camino estando aún de aprendiz en el taller de mi maestro Manuel Durán. Esto es algo que le agradeceré eternamente ya que me permitió realizarlo completamente en su taller e incluso sirvió para seguir aportándome sus enseñanzas. El proyecto del que hablo fue el paso para el Niño Jesús Perdido de la localidad de Guillena. Esto viene a ocurrir durante los años 96-98, de los cuales guardo un recuerdo entrañable ya que en esta hermandad encontré amigos que son para toda la vida. A mi profesión una de las cosas que la hace grande son las personas con las que te encuentras en el camino y yo de eso puedo estar muy agradecido a Dios.

¿Cómo se siente al ver que las hermandades cuentan con usted para sus proyectos?

Creo que todos los seres humanos, unos más y otros menos, traemos desde que nacemos una sensación o sentimiento de amor propio grabado a fuego en nuestro interior. Esto provoca que cuando algo te favorece personalmente, te active en tu interior una sensación agradable. Pues cuando alguien confía en mí lo que me produce son dos sensaciones: una es la que acabo de explicar anteriormente y la otra es puro agradecimiento. En el plantel del arte sacro, hay grandes profesionales por lo que cuando cuentan conmigo y me entregan su confianza es de agradecer.

¿Cuál ha sido su obra cumbre en la trayectoria de su carrera?

Pues indudablemente el paso para el Nazareno de la Humildad de mi querida Hermandad de los Dolores del Cerro. Pienso que es lógico por dos motivos; uno y principal porque es para mí hermandad, para mi barrio y el Cerro es mi casa, y otro porque no podía quedar más satisfecho del resultado final de la obra, lo cual me tranquiliza y me enorgullece ya que en mi interior cargaba desde el comienzo con una enorme responsabilidad, pero era una responsabilidad para conmigo mismo ya que me prohibía totalmente fallarle a mi hermandad y a mi gente.


¿Ha sido el paso del Nazareno del Cerro, un reto personal para usted?

Totalmente, ya que no estaba en mis planes fallarle a mi hermandad y a mi ciudad.

Las Hermandades cuando le encargan trabajo, suelen pedirle unos requisitos que ellos quieren tener, pero imaginamos que siempre te gustará dar un toque personal suyo. ¿En qué suele inspirarse a la hora de realizar sus trabajos?

Por supuesto, aunque no son todas las que te advierten de requisitos particulares. Yo siempre pregunto para adquirir la máxima información y a parte me documento todo lo posible sobre la hermandad ya que todo eso son herramientas fundamentales para que la obra que vaya a crear esté siempre en conexión con la personalidad de la hermandad y la imagen que vaya a portar.

Ahora con el paso de la hermandad de La Corona. ¿Es un nuevo reto para usted?

En realidad todos los trabajos que realizo son para mí un reto, ya que cada uno puede representar lo mejor o lo peor de mí, profesionalmente hablando, y lógicamente ese reto está en demostrar siempre lo mejor de mí como tallista y como artista. Sevilla es otro enorme reto ya que es la “cuna” , y la Hermandad de la Corona la cual me encanta y el contacto con ellos me ha llevado a una bonita amistad, la cual influye en ese reto, ya que esto provoca un motivo más por el que no me puedo permitir fallarles.


Desde dentro, ¿cómo ve que está evolucionando el gremio de los tallistas? ¿Cree que va en decadencia o en auge?

Es una pregunta que tiene una respuesta complicada. No se trata de cómo evoluciona el gremio de los tallistas o todos los gremios del arte sacro en general, porque en definitiva todos los gremios vamos de la mano y todos nos salpicamos mutuamente en lo bueno y en lo malo; en realidad la evolución es buena, de momento hay buenos profesionales, el problema está en cómo conducen cada uno sus carreras profesionales y su forma de hacer las cosas, lo cual desemboca en competencias leales o desleales. El arte ejecutado honesta y honradamente tiene un precio determinado debido a la formación, experiencia y profesionalidad del artista en cuestión que lo realiza, el que tira por los suelos los precios con la única intención de coger un trabajo, le está faltando el respeto a todos los que trabajamos con honradez y honestidad y también le están faltando el respeto al propio arte el cual es cultura. Pero todo parte de las propias hermandades, las cuales deben asegurarse de a quien encargan sus obras y no apostar por los presupuestos baratos ya que eso no ayuda a nadie.

Cuando me refiero a presupuestos baratos no quiere decir que el otro contrapunto sean los presupuestos caros, en absoluto, me refiero a los precios justos con la buena calidad de esa obra en cuestión que se esté encargando o se pretenda encargar. Pienso que la hermandad que no pueda que no encargue y espere a poder encargar una obra digna a un profesional digno, o que la hermandad se convenza de que hay muchas fórmulas para realizar una gran obra en su precio justo, como por ejemplo repartir en algo de más tiempo la ejecución de dicha obra para así poder afrontar los pagos al ritmo de la capacidad económica de cada hermandad. Si esto fuera así, si podría decir que los gremios del arte sacro están evolucionando.

Hablemos sobre el futuro. ¿Tiene nuevos proyectos en mente?

El proyecto que constantemente tengo en mente es que siempre tenga el trabajo suficiente para poder seguir llevando mi taller adelante. Esa es mi continua obsesión y la de todos, que no es poca.

Y la última. ¿Cómo le gusta vivir la Semana Santa? Le gusta irte solo a ver las cofradías, en familia, amigos… Cuéntenos un poco su semana.

Normalmente y debido a mi trabajo, llego todos los años a la Semana Santa algo saturado de hermandades y con el lógico estrés que provoca la finalización de los trabajos para la fecha. Eso me hace vivir cada Semana Santa de manera distinta, aunque ahora al tener a mi mujer y mis hijos me hace verla más en familia que de otra forma, pero creo que la única forma de vivir, sentir y ver la Semana Santa de una manera auténtica y pura es verla solo, evadiéndote de todo lo que te rodea y vivirla a tu manera. Pienso que es como sacas todo el sabor y la magia que esta bendita celebración religiosa tiene.