Nacido en Sevilla un 12 de septiembre de
1973 en el barrio de Cerro del Águila, llegó a cursar estudios universitarios
pero su amor por el oficio le llevó a dejarlo y a buscar la forma de empezar a
formarse como tallista. En 1995 entró de aprendiz en el taller de Manuel Durán,
lugar donde al cabo de seis años después, asentó sus cimientos del actual
taller.
Desde entonces ya han pasado 15 años
donde destacan sus principales trabajos en Prendimiento de Almería, el Carmen
Doloroso, los candelabros del paso de misterio de Montserrat,el nuevo altar
para la Hermandad del Rocío de Sevilla (El Salvador), la Vera Cruz de Pilas,
Cautivo de Morón, Vera Cruz de Alcalá del Río, nueva canastilla de la Asunción
de Cantillana, la Buena Muerte y Angustias de Almería, el Nazareno de Alcalá de
Guadaíra, Cautivo de Sanlúcar la Mayor, la Piedad de Cabra, Flagelación de
Ciudad Real etc.
¿De
dónde viene su devoción al arte?
Pienso
que nací con ella, lo único es que comencé a desarrollarla y hacerla visible
más o menos a la edad de catorce años, que es cuando ya vas teniendo unas
aptitudes y actitudes para poder empezar de alguna manera a disfrutar de esa
magia que es el arte en toda su amplitud.
¿Cuál
fue su primer proyecto como tallista?
El primero de todos apareció en mi
camino estando aún de aprendiz en el taller de mi maestro Manuel Durán. Esto es
algo que le agradeceré eternamente ya que me permitió realizarlo completamente
en su taller e incluso sirvió para seguir aportándome sus enseñanzas. El
proyecto del que hablo fue el paso para el Niño Jesús Perdido de la localidad
de Guillena. Esto viene a ocurrir durante los años 96-98, de los cuales guardo
un recuerdo entrañable ya que en esta hermandad encontré amigos que son para
toda la vida. A mi profesión una de las cosas que la hace grande son las
personas con las que te encuentras en el camino y yo de eso puedo estar muy
agradecido a Dios.
¿Cómo
se siente al ver que las hermandades cuentan con usted para sus proyectos?
Creo que todos los seres humanos, unos
más y otros menos, traemos desde que nacemos una sensación o sentimiento de
amor propio grabado a fuego en nuestro interior. Esto provoca que cuando algo te
favorece personalmente, te active en tu interior una sensación agradable. Pues
cuando alguien confía en mí lo que me produce son dos sensaciones: una es la
que acabo de explicar anteriormente y la otra es puro agradecimiento. En el
plantel del arte sacro, hay grandes profesionales por lo que cuando cuentan
conmigo y me entregan su confianza es de agradecer.
¿Cuál
ha sido su obra cumbre en la trayectoria de su carrera?
Pues indudablemente el paso para el
Nazareno de la Humildad de mi querida Hermandad de los Dolores del Cerro.
Pienso que es lógico por dos motivos; uno y principal porque es para mí
hermandad, para mi barrio y el Cerro es mi casa, y otro porque no podía quedar
más satisfecho del resultado final de la obra, lo cual me tranquiliza y me enorgullece
ya que en mi interior cargaba desde el comienzo con una enorme responsabilidad,
pero era una responsabilidad para conmigo mismo ya que me prohibía totalmente
fallarle a mi hermandad y a mi gente.
¿Ha
sido el paso del Nazareno del Cerro, un reto personal para usted?
Totalmente, ya que no estaba en mis
planes fallarle a mi hermandad y a mi ciudad.
Las
Hermandades cuando le encargan trabajo, suelen pedirle unos requisitos que
ellos quieren tener, pero imaginamos que siempre te gustará dar un toque
personal suyo. ¿En qué suele inspirarse a la hora de realizar sus trabajos?
Por supuesto, aunque no son todas las
que te advierten de requisitos particulares. Yo siempre pregunto para adquirir
la máxima información y a parte me documento todo lo posible sobre la hermandad
ya que todo eso son herramientas fundamentales para que la obra que vaya a
crear esté siempre en conexión con la personalidad de la hermandad y la imagen
que vaya a portar.
Ahora
con el paso de la hermandad de La Corona. ¿Es un nuevo reto para usted?
En realidad todos los trabajos que
realizo son para mí un reto, ya que cada uno puede representar lo mejor o lo
peor de mí, profesionalmente hablando, y lógicamente ese reto está en demostrar
siempre lo mejor de mí como tallista y como artista. Sevilla es otro enorme
reto ya que es la “cuna” , y la Hermandad de la Corona la cual me encanta y el
contacto con ellos me ha llevado a una bonita amistad, la cual influye en ese
reto, ya que esto provoca un motivo más por el que no me puedo permitir
fallarles.
Desde
dentro, ¿cómo ve que está evolucionando el gremio de los tallistas? ¿Cree que
va en decadencia o en auge?
Es una pregunta que tiene una respuesta
complicada. No se trata de cómo evoluciona el gremio de los tallistas o todos
los gremios del arte sacro en general, porque en definitiva todos los gremios
vamos de la mano y todos nos salpicamos mutuamente en lo bueno y en lo malo; en
realidad la evolución es buena, de momento hay buenos profesionales, el
problema está en cómo conducen cada uno sus carreras profesionales y su forma
de hacer las cosas, lo cual desemboca en competencias leales o desleales. El
arte ejecutado honesta y honradamente tiene un precio determinado debido a la
formación, experiencia y profesionalidad del artista en cuestión que lo
realiza, el que tira por los suelos los precios con la única intención de coger
un trabajo, le está faltando el respeto a todos los que trabajamos con honradez
y honestidad y también le están faltando el respeto al propio arte el cual es
cultura. Pero todo parte de las propias hermandades, las cuales deben
asegurarse de a quien encargan sus obras y no apostar por los presupuestos
baratos ya que eso no ayuda a nadie.
Cuando me refiero a presupuestos baratos
no quiere decir que el otro contrapunto sean los presupuestos caros, en
absoluto, me refiero a los precios justos con la buena calidad de esa obra en
cuestión que se esté encargando o se pretenda encargar. Pienso que la hermandad
que no pueda que no encargue y espere a poder encargar una obra digna a un
profesional digno, o que la hermandad se convenza de que hay muchas fórmulas
para realizar una gran obra en su precio justo, como por ejemplo repartir en
algo de más tiempo la ejecución de dicha obra para así poder afrontar los pagos
al ritmo de la capacidad económica de cada hermandad. Si esto fuera así, si
podría decir que los gremios del arte sacro están evolucionando.
Hablemos
sobre el futuro. ¿Tiene nuevos proyectos en mente?
El proyecto que constantemente tengo en
mente es que siempre tenga el trabajo suficiente para poder seguir llevando mi
taller adelante. Esa es mi continua obsesión y la de todos, que no es poca.
Y
la última. ¿Cómo le gusta vivir la Semana Santa? Le gusta irte solo a ver las
cofradías, en familia, amigos… Cuéntenos un poco su semana.
Normalmente y debido a mi trabajo, llego
todos los años a la Semana Santa algo saturado de hermandades y con el lógico
estrés que provoca la finalización de los trabajos para la fecha. Eso me hace
vivir cada Semana Santa de manera distinta, aunque ahora al tener a mi mujer y
mis hijos me hace verla más en familia que de otra forma, pero creo que la
única forma de vivir, sentir y ver la Semana Santa de una manera auténtica y
pura es verla solo, evadiéndote de todo lo que te rodea y vivirla a tu manera.
Pienso que es como sacas todo el sabor y la magia que esta bendita celebración
religiosa tiene.