La
emoción ya se respira entre los hermanos de la Cofradía de la Flagelación,
quienes dan las últimas pinceladas para que todo este perfecto el Miércoles
Santo. Días muy intensos de trabajo son los que están viviendo, con los
sentimientos a flor de piel. Así es como lo define Emilio Martín, uno de sus
hermanos fundadores y Hermano Mayor, con el que hemos hablado para conocer cómo
se viven las horas previas a la salida procesional de Nuestro Padre Jesús de la
Bondad y de María Santísima del Consuelo por las calles de Ciudad Real
Llega el Miércoles
Santo y las calles de Ciudad Real se teñirán de
blanco y granate… el olor a incienso envuelve cada rincón y los ciudadrealeños
se agolparán en las puertas del Guardapasos para empaparse de Bondad y
Consuelo. Un día muy esperado para los cientos de cofrades que forman
parte de la Hermandad de la Flagelación y que durante más de
seis horas procesionan por su ciudad.
La emoción ya se respira entre los hermanos de esta cofradía, quienes dan las últimas pinceladas para que todo este perfecto. Días muy intensos de trabajo, donde los sentimientos están a flor de piel: «Te acuerdas de mucha gente que por algún motivo te falta, son vivencias y sentimientos que se dan muy dentro», nos confiesa uno de los hermanos fundadores y Hermano Mayor de esta hermandad ciudadrealeña, Emilio Martín.
Lágrimas que esconden muchas horas de trabajo
Las lágrimas
aparecen en los rostros de muchos de los costaleros y hermanos de la Flagelación,
cuando tras más de seis horas, siendo los pies de Nuestro Padre Jesús
de la Bondad y de María Santísima del Consuelo, entran por
la puerta de nuevo. Para muchos de ellos este es de los momentos más especiales
porque» es cuando todo se ha cumplido, el trabajo se ha hecho bien y lo que
hemos trabajado ha salido perfecto», admite Emilio.
Y es que detrás
de esta satisfacción se esconde mucho esfuerzo y muchas horas de
trabajo «desinteresado»: el juramento de reglas de los nuevos hermanos, la
recogida de papeletas de sitios, la limpieza de los pasos, la vestimenta de las
imágenes, el traslado de los titulares…
Según explica
Martín, todo lo que se ve el Miércoles Santo es el fruto del
trabajo de todo un año. Muchas decisiones son las que tiene que tomar la Junta
de Gobierno de la Cofradía, como los estrenos de los pasos del próximo año, así
como la forma para generar los fondos, algo que requiere tiempo, aunque
reconoce que los últimos días «son los más intensos».
Entre los estrenos que
presenta este año el paso del Misterio está la canastilla y
las cartelas delanteras en dorado realizadas por Artesanía del Dorado de los
Hermanos González de Sevilla, así como la corona de plata sobredorada,
enriquecida por los talleres Orovio de la Torre de Torralba de Calatrava
(Ciudad Real). Por su parte, la Virgen del Consuelo estrena
tocado y una nueva corona con la que saldrá a la calle.
Son miles de detalles para que los pasos luzcan durante el Miércoles Santo, un trabajo que tampoco sería posible sin los 48 costaleros que dan vida al Misterio y los 35 al Palio. Todos ellos ansían este día tras muchas horas de ensayos. Así nos los cuenta Miguel, uno de los costaleros que lleva siendo los pies de la Virgen del Consuelo más de 25 años.
«Es una época
muy esperada por todos los cofrades, también por nosotros, los costaleros, y
estamos con mucha emoción y muchos nervios, pero renovando la ilusión de
los primeros años y deseando que llegue el Miércoles Santo», Miguel.
Recuerdos y momentos emotivos entre los hermanos de la Flagelación
La emoción se desprende en las palabras de Emilio y Miguel. Ambos reconocen que durante estos días siempre se tienen presente a personas que antes estaban con ellos, pero que se han marchado y no pueden compartir estas vivencias.
El Hermano
Mayor de esta hermandad fue uno de los cofrades que en 1983 fundó
la Cofradía de la Flagelación. Desde entonces, admite haber
tenido muchas vivencias a lo largo de los años. Pero… si algo marcó a este
cofrade fue el fallecimiento de su padre de manera inesperada un Miércoles
Santo, cuando «la procesión estaba en la calle». Un suceso que hace que
muchos recuerdos se amontonen en su mente cada salida procesional.
Pero los
recuerdos también se reflejan en las sonrisas que aparece en el rostro de
Miguel cuando nos cuenta como ha cambiado «el mundillo del costal». En los
primeros años, según explica, los costaleros salían con zapatillas de esparto,
y los años que la lluvia sorprendía a la procesión por la calle, el costalero
se ríe recordando como llegaban en calcetines, e incluso con ellos rotos.
Pese a ello, la lluvia tan solo ha impedido que, desde su primera salida en 1991, los pasos de la Flagelación salgan a la calle en dos ocasiones. Momentos en los que Martín reconoce que salen las lágrimas de rabia después de haber trabajado todo el año.
Las previsiones para este año son diferentes y con toda seguridad, los ciudadrealeños podrán disfrutar de las imágenes de Jesús de la Bondad y de María del Consuelo. Mientras tanto, la Flagelación tiene todo listo para volver a irradiar luz, emoción y devoción por las calles de Ciudad Real.