ANEXO Nº 1
ESCUDO DE LA HERMANDAD
ANEXO Nº 2
MEDALLA DE LA HERMANDAD
Los hermanos como queda establecido en
las Reglas, llevaran al cuello la medalla en los actos de culto de la
Hermandad, que será en metal plateado, figurando en el anverso el escudo
troquelado de la Hermandad, y en el reverso a troquel, el nombre de la misma;
que penderá sobre cordón de color granate y blanco.
En los miembros de la Junta de Gobierno
la medalla penderá sobre un cordón de tres hilos, uno granate, otro blanco y el
tercero dorado.
La medalla del Hermano Mayor estará dorada
y penderá sobre cordón también dorado.
Los hermanos que hayan tenido el
privilegio de servir a la Hermandad con el cargo de Hermano Mayor, a su cese
conservaran la medalla para su uso en todos los actos de culto de la Hermandad.
ANEXO Nº 3
TÚNICA DE HERMANO
La Junta de Gobierno acordara cada
año, el color de los cirios para los
tramos de los hermanos que acompañan al paso de Nuestro Padre Jesús de la
Bondad, como así a los que acompañan el paso de Palio de María Santísima del
Consuelo. Una vez acordado se informara a los hermanos de la decisión adoptada.
ANEXO Nº 4
JURAMENTO DE COFRADES
(Interrogatorio que formula el Secretario)
Los cofrades contestaran con las
expresiones sí deseo, si prometo y si juro
en cada caso, a cada una de las siguientes preguntas:
1ª.- P. ¿Desea Vd. Pertenecer a esta Cofradía?
R.
Sí deseo.
2ª.- P. ¿Promete
Vd. Cumplir cuanto mandan y ordenan estas Reglas?
R.
Sí Prometo.
3ª.- P. ¿Jura
defender cuantos dogmas, sacramentos y misterios nos enseña la Santa Iglesia
Católica?
R.
Sí juro.
4ª.-
P. ¿Jura asimismo defender la piadosa creencia de que la Santísima Virgen María
es Mediadora universal entre Dios y los hombres, en la dispensación de todas
las gracias?
R.
Sí juro.
5ª.- P. ¿Jura
igualmente, obedecer y defender, al Sumo Pontífice, Vicario de Nuestro Señor
Jesucristo en la tierra?
R.
Sí juro.
Por el que
pregunta se le replicará:
Si
así lo hacéis que Dios os lo premie, y si no, que os lo demande.
Previamente al juramento, el Consiliario
o sacerdote delegado por este, bendecirá las medallas de los nuevos hermanos, y
una vez bendecidas y realizado el juramento se le impondrá uno a uno, teniendo
que besar la reproducción de las imágenes de nuestros Sagrados Titulares que se
encuentran en el libro de Reglas.
ANEXO Nº 5
FORMULA DEL VOTO Y PROFESIÓN DE FE QUE DEBERA LEER
EL HERMANO MAYOR, EN REPRESENTACIÓN DE TODA LA HERMANDAD, AL FINALIZAR LA
SOLEMNE FUNCIÓN DE INSTITUTO
En el nombre de la Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, Tres personas distintas y un solo Dios verdadero.
La Cofradía de la Flagelación de Nuestro
Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo, para alabanza y honor
de Dios Todo Poderoso y la Santísima Virgen María en su advocación del
Consuelo; y por dicha Cofradía todos sus hermanos, proclaman y solemnemente en
su nombre hago la profesión de Fe, diciendo:
Que creemos en un solo Dios, Padre Todo
Poderoso y Eterno, Creador y Ordenador de todas las cosas; creemos en Nuestro
Señor Jesucristo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, Verbo de Dios,
hecho Hombre en las entrañas virginales de María Santísima para la Redención
del Mundo; creemos en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, que
difunde el amor y la Caridad Divina en nuestros corazones.
Creemos en la real presencia de Nuestro
Señor Jesucristo en el Augusto Sacramento de la Eucaristía que se inmola
incruentamente en el Santo Sacrificio eucarístico; creemos también en la
Iglesia que es Una, Santa, Católica, Apostólica y Romana.
Confesamos, solemnemente el dogma de la
Concepción Inmaculada de Nuestra Señora, y el de su Asunción en Cuerpo y Alma a
los cielos, así como, en general, cuantos dogmas, misterios y sacramentos nos
enseña la Santa Iglesia Católica.
De igual modo, creemos y confesamos que
la Santísima Virgen María, asociada por su Divino Hijo a la dignidad de
Corredentora de la Humanidad, es tesorera y depositaria de todas las gracias,
siendo constituido para su dispensación como MEDIADORA ENTRE JESUCRISTO NUESTRO
SEÑOR Y LOS HOMBRES.
También nos comprometemos a obedecer,
reverenciar y defender al Sumo Pontífice, Vicario de Cristo en la Tierra, con
todas nuestras fuerzas.
Todo ello en presencia de Dios Nuestro
Señor, lo juramos, prometemos y confesamos.
Que Nuestro Padre Jesús de la Bondad,
por eficaz intercesión mediadora de la Virgen María, Madre del Consuelo, nos
ayude a mantenerlo y defenderlo a fin de que acabemos esta vida mortal fundidos
en su amor y en el de su Divino Hijo, y gocemos sin fin de la gloria eterna.
“AMEN”.
ANEXO Nº 6
CELEBRACIÓN PARA LA TOMA DE POSESIÓN DE NUEVOS
CARGOS DE LA JUNTA DE GOBIERNO DE LA COFRADÍA DE LA FLAGELACIÓN
Esta celebración de la Palabra de Dios,
quiere solemnizar el compromiso cristiano de los que han sido elegidos para las
distintas responsabilidades de la Ilustre, Humilde y Fervorosa Hermandad y
Cofradía de Nazarenos de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y
María Santísima del Consuelo.
SACERDOTE: En el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
TODOS: Amén.
MONITOR: Hoy nos
reunimos, en presencias del Señor y ante las Sagradas Imágenes de Nuestros
Titulares, Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo, para
comenzar el nuevo servicio de aquellos que hemos elegido como nuevos
responsables de nuestra Junta de Gobierno. A ellos les corresponde
representarnos y coordinar todos nuestros asuntos, pero sobre todo, ser nuestro
ejemplo en el crecimiento fraternal de nuestra cofradía. Por tanto, este es un
acto de escucha de la Palabra de Dios, de oración por los responsables y de
alto compromiso cristiano. Lejos de cualquier significado meramente
protocolario, estamos aquí para orar por un servicio y por unos servidores.
Bienvenidos seáis todos.
SACERDOTE: La gracia de
Nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo,
estén con todos vosotros.
TODOS: Y con tu
espíritu.
MONITOR: El evangelio,
abierto por el texto que va ser proclamado, nos convoca al servicio como
imitación de Cristo.
SACERDOTE: El Señor esté
con vosotros.
TODOS: Y con tu
espíritu.
SACERDOTE: Lectura del
Santo Evangelio según San Mateo (Mt, 20,20-28).
La madre de los Zebedeos se acercó a
Jesús con sus hijos y se arrodilló para pedirle un favor. Él le pregunto: “¿Qué
quieres?”. Ella contestó: “Manda que estos dos hijos míos se sienten uno a tu
derecha y otro a tu izquierda cuando tú reines.”
Jesús respondió: “No sabéis lo que
pedís. ¿Podéis beber la copa de amargura que yo he de beber?”.
Ellas dijeron: “Sí, podemos.”
Jesús les respondió: “Beberéis mi copa,
pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, sino
que es para quienes lo ha reservado mi Padre.”
Al oír esto, los otros diez se
indignaron contra los hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que
los jefes de las naciones las gobiernan tiránicamente y que los magnates las
oprimen. No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser el primero, sea
vuestro esclavo. De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser
servido sino a servir y dar la vida en rescate por todos.”
Palabra del Señor.
(Siguen la homilía y las preces.)
SACERDOTE: Dios está más atento
a nuestras necesidades de lo que somos capaces de pensar, por tanto, nuestra
confianza en Él no puede tener límites. Pongamos en manos de nuestros sagrados
titulares, Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo, a
estos hijos suyos que ahora comienzan su servicio a la hermandad.
- Por el Hermano Mayor y la Junta de
Gobierno, para que con el auxilio de Dios, sean los primeros en darnos ejemplo
fraterno en nuestra cofradía. Roguemos al Señor.
TODOS: Concédenos,
Señor, servirte en los hermanos.
- Por cada uno de los hermanos que
ocupan los nuevos cargos, para que, sin descuidar sus deberes familiares y
profesionales, se comprometan seriamente en el servicio a la cofradía y sean
testimonio de Cristo en todos sus ambientes. Roguemos al Señor.
TODOS: Concédenos,
Señor, servirte en los hermanos.
- Para que, según su condición de laicos
pertenecientes al Pueblo de Dios, se esmeren en transformar este mundo de
acuerdo con la voluntad de Dios. Roguemos al Señor.
TODOS: Concédenos, Señor,
servirte en los hermanos.
- Por la Cofradía de la Flagelación,
para que dentro de la hermandad universal de la Iglesia, siembre este mundo de
amor, como figura del Reino de Cristo. Roguemos al Señor.
TODOS: Concédenos,
Señor, servirte en los hermanos.
SACERDOTE: Señor, Tú eres
nuestro verdadero Hermano Mayor y has puesto en nuestro corazón la alegría de
tu Evangelio; ayuda ahora a estos hijos tuyos que confían en ti a crecer en tu
servicio santo, buscar siempre el entendimiento y la concordia, experimentar tu
amistad y sembrar, con su ejemplo y su palabra, tu bondad entre nosotros. Te lo
pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.
MONITOR: Llega ahora el
momento de jurar los nuevos cargos. Este compromiso, hecho ante Dios con
intención de cumplirlo, vincula la conciencia de los que juran ante Dios y ante
los miembros de nuestra la Ilustre, Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de
Nazarenos de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María
Santísima del Consuelo. Es, por tanto, un instante de gran hondura y
solemnidad. Participemos con espíritu de oración confiada.
SACERDOTE: Habéis sido
elegidos recientemente como nuevos servidores de la Cofradía de la Flagelación:
¿Procuraréis la gloria de Dios en todas vuestras decisiones?.
ELECTOS: Sí, la
procuraré, con auxilio divino.
SACERDOTE: Según vuestra
condición de bautizados, que os constituye en hermanos de todos los hombres y
mujeres del mundo, ¿os esforzaréis por edificar la hermandad entre todos?
ELECTOS: Sí, lo haré con
la ayuda de Dios.
SACERDOTE: ¿Juráis cumplir
con todas las obligaciones de vuestros cargos, con la mayor fidelidad posible?
ELECTOS: Sí, lo juro.
SACERDOTE: Nuestros
Sagrados Titulares os auxilien y bendigan vuestros buenos propósitos.
(Se hace la imposición de las medallas)
Y ahora oremos todos por nuestros nuevos
servidores como Cristo nos ha enseñado: Padre nuestro…
Terminamos cantando juntos a la Virgen
del Consuelo: Salve Regina…
ANEXO Nº 7
TRIDUO
EN HONOR DE MARÍA SANTÍSIMA DEL CONSUELO
Se comienza, cada día, con el rezo de la
parte del Santo Rosario correspondiente. A continuación se hace el ejercicio
del triduo como sigue:
ORACIÓN
PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Virgen dolorosísima, sois el Consuelo de
los cristianos: acoged la súplica de un pecador que os ama tiernamente, honra
de un modo especial, y pone en Vos la esperanza de su salvación. Yo os debo la
vida, vos me volveréis a alcanzar la gracia de vuestro hijo; sois la prenda
cierta de mi salvación. Os pido, Señora, que me libréis del pecado, disipad las
tinieblas de mi entendimiento, alejad de mi corazón los efectos terrenos,
reprimir las tentaciones de mis enemigos y dirigid mi vida conforme a la ley de
Dios, y dadme la gracia que necesito para hacer con fruto este ejercicio,
siendo para gloria tuya y provecho de mi alma. Amén.
DÍA PRIMERO
CONSIDERACIÓN
Virgen del Consuelo: por las lágrimas
que derramaste y el dolor que sentiste en la pasión de tu amadísimo Hijo, que
llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú
misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en
este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el
pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.
(Pídase la gracia que se desea obtener
mediante este Triduo)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará un Padrenuestro y siete Avemarías en honor de los siete
dolores de la Santísima Virgen.
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh, Virgen del Consuelo, aurora
resplandeciente del Divino Sol de Justicia, Consuelo de los afligidos, salud de
los enfermos, vida, refugio y amor de nuestras almas. Por lo que padeció
vuestro corazón de Madre, al ver preso y flagelado como criminal a vuestro
inocente y amadísimo Jesús, y por los dolores y lágrimas que os costó nuestra
Redención, comprada con la preciosa sangre de el Hijo de Dios, que era, a la
vez, vuestro hijo, os rogamos miréis con ojos de misericordia a los que venimos
a vuestros pies, para ofreceros nuestros corazones. Acoged benigna nuestras
súplicas, alcanzadnos las virtudes que debemos tener para servir y amar Dios;
bendecid nuestros campos, nuestras casas y nuestras familias. Llenad de paz y
alegría nuestras almas, y pues sois nuestra vida, nuestra dulzura y nuestro
Consuelo, haced Madre mía, que por vuestra poderosa intercesión descansemos de
los trabajos de la vida en la patria celestial. Amén.
DIA SEGUNDO
CONSIDERACIÓN
Virgen del Consuelo: por las lágrimas
que derramaste y el dolor que sentiste cuando viste a Jesús Flagelado como si
fuera un malhechor, concédeme que yo me aproveche de los frutos de su pasión,
que sea un cristiano verdadero, flagelado con Cristo, y que considere como una
honra el padecer y sufrir algo por ser cristiano y practicar las virtudes
cristianas.
(Pídase la gracia que se desea obtener
mediante este Triduo)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará un Padrenuestro y siete Avemarías en honor de los siete
dolores de la Santísima Virgen.
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh, Virgen del Consuelo, aurora
resplandeciente del Divino Sol de Justicia, Consuelo de los afligidos, salud de
los enfermos, vida, refugio y amor de nuestras almas. Por lo que padeció
vuestro corazón de Madre, al ver preso y flagelado como criminal a vuestro
inocente y amadísimo Jesús, y por los dolores y lágrimas que os costó nuestra
Redención, comprada con la preciosa sangre de el Hijo de Dios, que era, a la vez,
vuestro hijo, os rogamos miréis con ojos de misericordia a los que venimos a
vuestros pies, para ofreceros nuestros corazones. Acoged benigna nuestras
súplicas, alcanzadnos las virtudes que debemos tener para servir y amar Dios;
bendecid nuestros campos, nuestras casas y nuestras familias. Llenad de paz y
alegría nuestras almas, y pues sois nuestra vida, nuestra dulzura y nuestro
Consuelo, haced Madre mía, que por vuestra poderosa intercesión descansemos de
los trabajos de la vida en la patria celestial. Amén.
DÍA TERCERO
CONSIDERACIÓN
Virgen del Consuelo: por las lágrimas
que derramaste y el dolor que sentiste cuando supiste de la injusta flagelación de Jesús, siendo la
suprema inocencia y la bondad infinita,
fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro
rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le
acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de
aflicción; concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te
pedimos.
(Pídase la gracia que se desea obtener
mediante este Triduo)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará un Padrenuestro y siete Avemarías en honor de los siete
dolores de la Santísima Virgen.
ORACIÓN
FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh, Virgen del Consuelo, aurora
resplandeciente del Divino Sol de Justicia, Consuelo de los afligidos, salud de
los enfermos, vida, refugio y amor de nuestras almas. Por lo que padeció
vuestro corazón de Madre, al ver preso y flagelado como criminal a vuestro
inocente y amadísimo Jesús, y por los dolores y lágrimas que os costó nuestra
Redención, comprada con la preciosa sangre de el Hijo de Dios, que era, a la
vez, vuestro hijo, os rogamos miréis con ojos de misericordia a los que venimos
a vuestros pies, para ofreceros nuestros corazones. Acoged benigna nuestras
súplicas, alcanzadnos las virtudes que debemos tener para servir y amar Dios;
bendecid nuestros campos, nuestras casas y nuestras familias. Llenad de paz y
alegría nuestras almas, y pues sois nuestra vida, nuestra dulzura y nuestro
Consuelo, haced Madre mía, que por vuestra poderosa intercesión descansemos de
los trabajos de la vida en la patria celestial. Amén.
ANEXO Nº 8
QUINARIO EN HONOR DE
NUESTRO PADRE JESÚS DE LA BONDAD
Se comienza, cada día, con el rezo de la
parte del Santo Rosario correspondiente. A continuación se hace el ejercicio
del Quinario como sigue:
ORACIÓN
PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh mi buen Jesús de la Bondad!, que
fuiste golpeado, atado a una columna y flagelado. Tú que pasaste por el
suplicio de tan gran dolor, para el bien de los hombres y el perdón de sus
pecados.
¡Oh Señor! Tú que fuiste despojado de
tus vestiduras y fuiste vestido con un manto de púrpura.
¡Oh Señor! Por las muchas burlas que tu
santísima persona recibió, Señor, dame la gracia necesaria para hacer con fruto
este ejercicio y no volver a pecar, a fin de que pueda gozar contigo en el
cielo, a la hora de mi muerte. Se siempre mi guía y salvaguardia.
Tú que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén.
DÍA PRIMERO
CONSIDERACIÓN
Viendo Pilatos que los judíos
continuaban pidiendo la muerte de Jesús, le condenó a ser azotado, pensando que
con este castigo se darían por satisfechos sus enemigos. Pero conociendo los
judíos que Pilatos, después de este suplicio, quería libertarle, según lo había
ya claramente indicado, ganaron a los verdugos, a fin de que le azotaran hasta
hacerle perder la vida en aquel tormento. Jesús se despoja de sus vestiduras y
abraza la columna dando con esto a los hombres clarísimo testimonio del grande
amor que les tenía. Esta con la cabeza inclinada y con el rostro cubierto de
rubor, esperando a que se dé principio a aquel gran tormento.
Jesús es azotado por todo el cuerpo
cumpliéndose esta palabra del profeta: Y aumentaron más y más el dolor de mis
llagas. ¡Oh Jesús mío! Sois el único de mi alma.
(Pídase
la gracia que se desea obtener mediante este Quinario)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las
cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.
ORACIÓN
PARA ESTE DIA PRIMERO
¡Oh humildísimo Jesús, adorable víctima
de vuestro amor a los pecadores! Que por salvarnos quisisteis sufrir la
flagelación de vuestro cuerpo y el odio de vuestros enemigos. Al ver como os
flagelaban, llegamos a vuestros pies deseosos de reparar los tormentos y
ultrajes, que padecisteis del pueblo ingrato, que os entrego a tal cruel castigo.
Aceptad Señor nuestros afectos y haced que no imitemos las malas obras de
aquellos desdichados, renovando con nuestra ingratitud vuestra injusta
flagelación, antes bien, dadnos vuestra gracia, para ser dignos de vos y
alabaros en el cielo. Amén.
DÍA SEGUNDO
CONSIDERACIÓN
La flagelación fue sumamente dolorosa
para Jesucristo, pues, como fue revelado a Santa María Magdalena de Pazzis, los
verdugos, que se revelaban los unos a los otros de modo que cada golpe hacía
una herida. Los golpes llegaron a muchos, tanto que según fue revelado a Santa
Brígida, por las heridas se descubrían las costillas de Nuestro Señor. En una
palabra, llegaron hacer en él tal estrago, que Pilatos creyó poder mover a
compasión a sus mismos enemigos, cuando mostrándoselo desde lo alto de su
tribunal, les dijo: Ved aquí el hombre. Y el profeta Isaías predijo ya el
lastimoso estado a que debía verse reducido el Salvador en su flagelación,
diciendo que su carne debía ser despedazada por nuestros pecados, y quedar su
bendito cuerpo como el de un leproso, todo cubierto de llagas.
¡Oh Jesús mío! No permitáis que con mis
pecados os siga flagelando todavía y permitidme que conozca vuestro amor. Yo os
amo con todo mi corazón y quiero amaros siempre.
(Pídase la gracia que se desea obtener
mediante este Quinario)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las
cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.
ORACIÓN
PARA ESTE DÍA SEGUNDO
¡Oh buen Jesús! Que con tan heroica mansedumbre,
sufristeis las amarguras de vuestra dolorosa pasión; por lo que os hizo padecer
tal cruel castigo, aceptad nuestros corazones penetrados de dolor por las
culpas que cometemos, y llenos del más vivo deseo de pagaros la infinita deuda
que hemos contraído con vos. Ante vuestra divina y lastima presencia, ofrecemos
imitar en cuanto nos sea posible, con el auxilio de la gracia, vuestra
mansedumbre admirable. Bendecid estas santas resoluciones, y fortaleced nuestro
ánimo para amaros y serviros, y ser dignos de alabaros en la vida eterna. Amén.
DÍA TERCERO
CONSIDERACIÓN
Para expiar nuestras culpas, quiso
Jesucristo sufrir en su divina carne la flagelación, siendo por todo el cuerpo
llagado. Así pues ¡Oh Señor mió! Nosotros hemos ofendido a Dios, ¿Y vos habéis
querido pagar la pena? Bendita sea para siempre vuestra infinita Bondad. Pero
si yo pecando he despreciado vuestro amor, ahora deseo solo amaros y ser Vos
amado. Sí tengo la confianza de que ya me habéis perdonado, gracias a vuestra
Bondad, unidme a vuestro amor y que os ame siempre.
(Pídase la gracia que se desea obtener
mediante este Quinario)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las
cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.
ORACIÓN
PARA ESTE DIA TERCERO
¡Oh adorable Jesús mió, que perseverastes
hasta la muerte, y muerte de cruz, en la generosa resolución de salvarnos a
costa de increíbles tormentos! Apiadaos de nosotros que deseamos la
santificación y somos tan débiles que no podemos conseguir la virtud de la
perseverancia, y ya que con vuestra flagelación y muerte nos comprasteis la
eterna vida, haced que siguiendo el ejemplo que nos dais, seamos constantes en
practicar el bien, para llegar a veros eternamente en el cielo. Amén.
DÍA CUARTO
CONSIDERACIÓN
No se puede expresar con qué barbarie
arrastraron a Jesús: le arrancaron la capa de irrisión de Herodes y le echaron
casi al suelo. Jesús abrazó la columna; los verdugos le ataron las manos y
comenzaron a flagelar su cuerpo sagrado desde la cabeza hasta los pies. Sus
látigos o sus varas parecían de madera
blanca flexible; puede ser también que fueran nervios de buey o correas de
cuero duro y blando.
El Hijo de Dios temblaba y se retorcía
como un gusano. Sus gemidos dulces y claros se oían como una oración en medio
del ruido de los golpes. De cuando en cuando los gritos del pueblo y de los
fariseos, cual tempestad ruidosa, cubrían sus quejidos dolorosos y llenos de
bendiciones, diciendo: “¡Hacedlo morir! ¡Crucificadlo!”
(Pídase la gracia que se desea obtener
mediante este Quinario)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las
cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.
ORACIÓN
PARA ESTE DIA CUARTO
Oh Jesús de la Bondad:
Tú, que fuiste atado a la columna para
ser flagelado por nosotros. Tú, que fuiste centro de nuestras burlas por
enseñarnos el buen camino. Te rogamos:
Que aumentes nuestra fe. Que mantengas nuestra esperanza. Que engrandezcas
nuestro amor a los demás. Guíanos en el camino hacia el Padre. Guárdanos de las
tentaciones, para gozar contigo, junto al Padre y el Espíritu Santo de la vida
eterna. Amén.
DÍA QUINTO Y ÚLTIMO
CONSIDERACIÓN
Contemplamos cómo Jesús es atado en la
columna. Lo amarraron, a Él que es la Verdad, que nos hace libres. Amarraron
físicamente aquél que trae la libertad plena de los corazones y que vino a
romper las cadenas y él se dejó atar para vencer tus ataduras, para romper tus
cadenas. Y a su Cuerpo Santo le dieron latigazos sin fin. Prácticamente no
había una parte del Cuerpo santo de Jesús que no estuviera marcado por la punta
del látigo. Todo su Cuerpo era una herida. Pedacitos de carne brotaron de ese
cuerpo concebido en el seno de María Santísima y chorritos de sangre salpicaron
a los mismos soldados romanos que le estaban flagelando.
“Señor por tus heridas hemos sido
sanados” dice el profeta. Por eso Jesús, yo quiero que Tú sangre me purifique y
que esa atadura en esa columna, esa flagelación rompa hoy mis cadenas. Señor,
que no haya nadie ni nada que me impida hacer la voluntad amorosa del Padre.
(Pídase la gracia que se desea obtener
mediante este Quinario)
Para conseguir las gracias que hemos
pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las
cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.
ORACIÓN
PARA ESTE DÍA QUINTO Y ÚLTIMO
Jesús de la Bondad, por este misterio
que acabamos de contemplar y por la intercesión de la Virgen María, la
Omnipotencia suplicante porque ese cuerpo con el cual sufriste Jesús, fue
tomado de María Santísima. Por eso había algo de ella en ti en ese momento de
la flagelación. Señor si dos personas que son gemelas sienten una los dolores
de la otra, que dolor no habría sentido también ese mundo místico la Virgen
María cuando fue flagelado tu cuerpo santo y glorioso.
Bendito seas Jesús de la Bondad por esas
heridas, Señor que en este momento traen eficacia salvadora para romper todas
nuestras cadenas. Yo lo proclamo así Jesucristo, que no haya nada ni nadie que
me aten Señor, que me impidan conocer y hacer tu santa voluntad.