viernes, 17 de julio de 2015

EL CONSUELO DE UN MIÉRCOLES SANTO



Por su nombre la conocen.
Por su nombre y su belleza.
Porque es la Madre de Dios,
Madre y Abogada nuestra.


Porque el dolor la hace guapa.
Porque Dios quiso escogerla
para que fuera su Madre,
por su humildad y pureza.


La perfección tiene un nombre
y hechura de doncella. 
Y si no la conocéis
y queréis conocerla.
Acercaos hasta Santo Tomás
y, allí, preguntad por Ella.


Que si buscáis a María,
la que está de gracia llena.
Allí todos la conocen.
Allí todos la veneran.
Y no la llaman María.
Solo Consuelo y reina.