El boletín nº 1 de la cofradía publicado en enero de
1991, recogía en su última página una poesía a la Virgen del Consuelo escrita
por Emilio Martín Aguirre y que fue la primera poesía que se dedico a nuestra
titular. La poesía decía lo siguiente:
¡Ay que quiero, pero no puedo!
¡Ay quien pudiera en un vuelo,
quitar esas lagrimas de duelo
a mi Virgen del Consuelo!
¡Ay que quiero, pero no puedo!
¡Mira que lo estoy intentando!
¡Mira que me están matando…!
¡Ay quien pudiera en un vuelo
quitar esas lagrimas que asomando
llenan la carita de duelo
a mi Virgen del Consuelo!