jueves, 9 de julio de 2015

ANEXOS AL RÉGIMEN INTERNO



ANEXO Nº 1
ESCUDO DE LA HERMANDAD



ANEXO Nº 2
MEDALLA DE LA HERMANDAD


Los hermanos como queda establecido en las Reglas, llevaran al cuello la medalla en los actos de culto de la Hermandad, que será en metal plateado, figurando en el anverso el escudo troquelado de la Hermandad, y en el reverso a troquel, el nombre de la misma; que penderá sobre cordón de color granate y blanco.

En los miembros de la Junta de Gobierno la medalla penderá sobre un cordón de tres hilos, uno granate, otro blanco y el tercero dorado.

La medalla del Hermano Mayor estará dorada y penderá sobre cordón también dorado.

Los hermanos que hayan tenido el privilegio de servir a la Hermandad con el cargo de Hermano Mayor, a su cese conservaran la medalla para su uso en todos los actos de culto de la Hermandad.


ANEXO Nº 3
TÚNICA DE HERMANO


La Junta de Gobierno acordara cada año,  el color de los cirios para los tramos de los hermanos que acompañan al paso de Nuestro Padre Jesús de la Bondad, como así a los que acompañan el paso de Palio de María Santísima del Consuelo. Una vez acordado se informara a los hermanos de la decisión adoptada.


ANEXO Nº 4
JURAMENTO DE COFRADES
(Interrogatorio que formula el Secretario)


Los cofrades contestaran con las expresiones sí deseo, si prometo y si juro  en cada caso, a cada una de las siguientes preguntas:

1ª.-  P. ¿Desea Vd. Pertenecer a esta Cofradía?

R. Sí deseo.

2ª.- P. ¿Promete Vd. Cumplir cuanto mandan y ordenan estas Reglas?
                  
R. Sí Prometo.

3ª.- P. ¿Jura defender cuantos dogmas, sacramentos y misterios nos enseña la Santa Iglesia Católica?

R. Sí juro.

4ª.- P. ¿Jura asimismo defender la piadosa creencia de que la Santísima Virgen María es Mediadora universal entre Dios y los hombres, en la dispensación de todas las gracias?

R. Sí juro.

5ª.- P. ¿Jura igualmente, obedecer y defender, al Sumo Pontífice, Vicario de Nuestro Señor Jesucristo en la tierra?

R. Sí juro.

Por el que pregunta se le replicará:

Si así lo hacéis que Dios os lo premie, y si no, que os lo demande.

Previamente al juramento, el Consiliario o sacerdote delegado por este, bendecirá las medallas de los nuevos hermanos, y una vez bendecidas y realizado el juramento se le impondrá uno a uno, teniendo que besar la reproducción de las imágenes de nuestros Sagrados Titulares que se encuentran en el libro de Reglas.


ANEXO Nº 5
FORMULA DEL VOTO Y PROFESIÓN DE FE QUE DEBERA LEER EL HERMANO MAYOR, EN REPRESENTACIÓN DE TODA LA HERMANDAD, AL FINALIZAR LA SOLEMNE FUNCIÓN DE INSTITUTO

En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

La Cofradía de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo, para alabanza y honor de Dios Todo Poderoso y la Santísima Virgen María en su advocación del Consuelo; y por dicha Cofradía todos sus hermanos, proclaman y solemnemente en su nombre hago la profesión de Fe, diciendo:

Que creemos en un solo Dios, Padre Todo Poderoso y Eterno, Creador y Ordenador de todas las cosas; creemos en Nuestro Señor Jesucristo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, Verbo de Dios, hecho Hombre en las entrañas virginales de María Santísima para la Redención del Mundo; creemos en el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, que difunde el amor y la Caridad Divina en nuestros corazones.

Creemos en la real presencia de Nuestro Señor Jesucristo en el Augusto Sacramento de la Eucaristía que se inmola incruentamente en el Santo Sacrificio eucarístico; creemos también en la Iglesia que es Una, Santa, Católica, Apostólica y Romana.

Confesamos, solemnemente el dogma de la Concepción Inmaculada de Nuestra Señora, y el de su Asunción en Cuerpo y Alma a los cielos, así como, en general, cuantos dogmas, misterios y sacramentos nos enseña la Santa Iglesia Católica.

De igual modo, creemos y confesamos que la Santísima Virgen María, asociada por su Divino Hijo a la dignidad de Corredentora de la Humanidad, es tesorera y depositaria de todas las gracias, siendo constituido para su dispensación como MEDIADORA ENTRE JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR Y LOS HOMBRES.

También nos comprometemos a obedecer, reverenciar y defender al Sumo Pontífice, Vicario de Cristo en la Tierra, con todas nuestras fuerzas.

Todo ello en presencia de Dios Nuestro Señor, lo juramos, prometemos y confesamos.

Que Nuestro Padre Jesús de la Bondad, por eficaz intercesión mediadora de la Virgen María, Madre del Consuelo, nos ayude a mantenerlo y defenderlo a fin de que acabemos esta vida mortal fundidos en su amor y en el de su Divino Hijo, y gocemos sin fin de la gloria eterna. “AMEN”.


ANEXO Nº 6
CELEBRACIÓN PARA LA TOMA DE POSESIÓN DE NUEVOS CARGOS DE LA JUNTA DE GOBIERNO DE LA COFRADÍA DE LA FLAGELACIÓN

Esta celebración de la Palabra de Dios, quiere solemnizar el compromiso cristiano de los que han sido elegidos para las distintas responsabilidades de la Ilustre, Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo.

SACERDOTE: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

TODOS: Amén.

MONITOR: Hoy nos reunimos, en presencias del Señor y ante las Sagradas Imágenes de Nuestros Titulares, Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo, para comenzar el nuevo servicio de aquellos que hemos elegido como nuevos responsables de nuestra Junta de Gobierno. A ellos les corresponde representarnos y coordinar todos nuestros asuntos, pero sobre todo, ser nuestro ejemplo en el crecimiento fraternal de nuestra cofradía. Por tanto, este es un acto de escucha de la Palabra de Dios, de oración por los responsables y de alto compromiso cristiano. Lejos de cualquier significado meramente protocolario, estamos aquí para orar por un servicio y por unos servidores. Bienvenidos seáis todos.

SACERDOTE: La gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, estén con todos vosotros.

TODOS: Y con tu espíritu.

MONITOR: El evangelio, abierto por el texto que va ser proclamado, nos convoca al servicio como imitación de Cristo.

SACERDOTE: El Señor esté con vosotros.

TODOS: Y con tu espíritu.

SACERDOTE: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (Mt, 20,20-28).

La madre de los Zebedeos se acercó a Jesús con sus hijos y se arrodilló para pedirle un favor. Él le pregunto: “¿Qué quieres?”. Ella contestó: “Manda que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando tú reines.”

Jesús respondió: “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa de amargura que yo he de beber?”.

Ellas dijeron: “Sí, podemos.”

Jesús les respondió: “Beberéis mi copa, pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mi concederlo, sino que es para quienes lo ha reservado mi Padre.”

Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que los jefes de las naciones las gobiernan tiránicamente y que los magnates las oprimen. No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser el primero, sea vuestro esclavo. De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar la vida en rescate por todos.”

Palabra del Señor.

(Siguen la homilía y las preces.)

SACERDOTE: Dios está más atento a nuestras necesidades de lo que somos capaces de pensar, por tanto, nuestra confianza en Él no puede tener límites. Pongamos en manos de nuestros sagrados titulares, Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo, a estos hijos suyos que ahora comienzan su servicio a la hermandad.

- Por el Hermano Mayor y la Junta de Gobierno, para que con el auxilio de Dios, sean los primeros en darnos ejemplo fraterno en nuestra cofradía. Roguemos al Señor.

TODOS: Concédenos, Señor, servirte en los hermanos.

- Por cada uno de los hermanos que ocupan los nuevos cargos, para que, sin descuidar sus deberes familiares y profesionales, se comprometan seriamente en el servicio a la cofradía y sean testimonio de Cristo en todos sus ambientes. Roguemos al Señor.

TODOS: Concédenos, Señor, servirte en los hermanos.

- Para que, según su condición de laicos pertenecientes al Pueblo de Dios, se esmeren en transformar este mundo de acuerdo con la voluntad de Dios. Roguemos al Señor.

TODOS: Concédenos, Señor, servirte en los hermanos.

- Por la Cofradía de la Flagelación, para que dentro de la hermandad universal de la Iglesia, siembre este mundo de amor, como figura del Reino de Cristo. Roguemos al Señor.

TODOS: Concédenos, Señor, servirte en los hermanos.

SACERDOTE: Señor, Tú eres nuestro verdadero Hermano Mayor y has puesto en nuestro corazón la alegría de tu Evangelio; ayuda ahora a estos hijos tuyos que confían en ti a crecer en tu servicio santo, buscar siempre el entendimiento y la concordia, experimentar tu amistad y sembrar, con su ejemplo y su palabra, tu bondad entre nosotros. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.

MONITOR: Llega ahora el momento de jurar los nuevos cargos. Este compromiso, hecho ante Dios con intención de cumplirlo, vincula la conciencia de los que juran ante Dios y ante los miembros de nuestra la Ilustre, Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo. Es, por tanto, un instante de gran hondura y solemnidad. Participemos con espíritu de oración confiada.

SACERDOTE: Habéis sido elegidos recientemente como nuevos servidores de la Cofradía de la Flagelación: ¿Procuraréis la gloria de Dios en todas vuestras decisiones?.

ELECTOS: Sí, la procuraré, con auxilio divino.

SACERDOTE: Según vuestra condición de bautizados, que os constituye en hermanos de todos los hombres y mujeres del mundo, ¿os esforzaréis por edificar la hermandad entre todos?

ELECTOS: Sí, lo haré con la ayuda de Dios.

SACERDOTE: ¿Juráis cumplir con todas las obligaciones de vuestros cargos, con la mayor fidelidad posible?

ELECTOS: Sí, lo juro.

SACERDOTE: Nuestros Sagrados Titulares os auxilien y bendigan vuestros buenos propósitos.

(Se hace la imposición de las medallas)

Y ahora oremos todos por nuestros nuevos servidores como Cristo nos ha enseñado: Padre nuestro…

Terminamos cantando juntos a la Virgen del Consuelo: Salve Regina…


ANEXO Nº 7
TRIDUO EN HONOR DE MARÍA SANTÍSIMA DEL CONSUELO

Se comienza, cada día, con el rezo de la parte del Santo Rosario correspondiente. A continuación se hace el ejercicio del triduo como sigue:

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen dolorosísima, sois el Consuelo de los cristianos: acoged la súplica de un pecador que os ama tiernamente, honra de un modo especial, y pone en Vos la esperanza de su salvación. Yo os debo la vida, vos me volveréis a alcanzar la gracia de vuestro hijo; sois la prenda cierta de mi salvación. Os pido, Señora, que me libréis del pecado, disipad las tinieblas de mi entendimiento, alejad de mi corazón los efectos terrenos, reprimir las tentaciones de mis enemigos y dirigid mi vida conforme a la ley de Dios, y dadme la gracia que necesito para hacer con fruto este ejercicio, siendo para gloria tuya y provecho de mi alma. Amén.

DÍA PRIMERO

CONSIDERACIÓN
           
Virgen del Consuelo: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste en la pasión de tu amadísimo Hijo, que llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

(Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Triduo)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará un Padrenuestro y siete Avemarías en honor de los siete dolores de la Santísima Virgen.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh, Virgen del Consuelo, aurora resplandeciente del Divino Sol de Justicia, Consuelo de los afligidos, salud de los enfermos, vida, refugio y amor de nuestras almas. Por lo que padeció vuestro corazón de Madre, al ver preso y flagelado como criminal a vuestro inocente y amadísimo Jesús, y por los dolores y lágrimas que os costó nuestra Redención, comprada con la preciosa sangre de el Hijo de Dios, que era, a la vez, vuestro hijo, os rogamos miréis con ojos de misericordia a los que venimos a vuestros pies, para ofreceros nuestros corazones. Acoged benigna nuestras súplicas, alcanzadnos las virtudes que debemos tener para servir y amar Dios; bendecid nuestros campos, nuestras casas y nuestras familias. Llenad de paz y alegría nuestras almas, y pues sois nuestra vida, nuestra dulzura y nuestro Consuelo, haced Madre mía, que por vuestra poderosa intercesión descansemos de los trabajos de la vida en la patria celestial. Amén.

DIA SEGUNDO

CONSIDERACIÓN

Virgen del Consuelo: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste cuando viste a Jesús Flagelado como si fuera un malhechor, concédeme que yo me aproveche de los frutos de su pasión, que sea un cristiano verdadero, flagelado con Cristo, y que considere como una honra el padecer y sufrir algo por ser cristiano y practicar las virtudes cristianas.
           
(Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Triduo)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará un Padrenuestro y siete Avemarías en honor de los siete dolores de la Santísima Virgen.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh, Virgen del Consuelo, aurora resplandeciente del Divino Sol de Justicia, Consuelo de los afligidos, salud de los enfermos, vida, refugio y amor de nuestras almas. Por lo que padeció vuestro corazón de Madre, al ver preso y flagelado como criminal a vuestro inocente y amadísimo Jesús, y por los dolores y lágrimas que os costó nuestra Redención, comprada con la preciosa sangre de el Hijo de Dios, que era, a la vez, vuestro hijo, os rogamos miréis con ojos de misericordia a los que venimos a vuestros pies, para ofreceros nuestros corazones. Acoged benigna nuestras súplicas, alcanzadnos las virtudes que debemos tener para servir y amar Dios; bendecid nuestros campos, nuestras casas y nuestras familias. Llenad de paz y alegría nuestras almas, y pues sois nuestra vida, nuestra dulzura y nuestro Consuelo, haced Madre mía, que por vuestra poderosa intercesión descansemos de los trabajos de la vida en la patria celestial. Amén.

DÍA TERCERO

CONSIDERACIÓN

Virgen del Consuelo: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste cuando supiste de la  injusta flagelación de Jesús, siendo la suprema  inocencia y la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste sola, llena de aflicción; concédenos a cada uno de nosotros la gracia particular que te pedimos.

(Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Triduo)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará un Padrenuestro y siete Avemarías en honor de los siete dolores de la Santísima Virgen.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh, Virgen del Consuelo, aurora resplandeciente del Divino Sol de Justicia, Consuelo de los afligidos, salud de los enfermos, vida, refugio y amor de nuestras almas. Por lo que padeció vuestro corazón de Madre, al ver preso y flagelado como criminal a vuestro inocente y amadísimo Jesús, y por los dolores y lágrimas que os costó nuestra Redención, comprada con la preciosa sangre de el Hijo de Dios, que era, a la vez, vuestro hijo, os rogamos miréis con ojos de misericordia a los que venimos a vuestros pies, para ofreceros nuestros corazones. Acoged benigna nuestras súplicas, alcanzadnos las virtudes que debemos tener para servir y amar Dios; bendecid nuestros campos, nuestras casas y nuestras familias. Llenad de paz y alegría nuestras almas, y pues sois nuestra vida, nuestra dulzura y nuestro Consuelo, haced Madre mía, que por vuestra poderosa intercesión descansemos de los trabajos de la vida en la patria celestial. Amén.


ANEXO Nº 8
QUINARIO EN HONOR DE
NUESTRO PADRE JESÚS DE LA BONDAD

Se comienza, cada día, con el rezo de la parte del Santo Rosario correspondiente. A continuación se hace el ejercicio del Quinario como sigue:

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh mi buen Jesús de la Bondad!, que fuiste golpeado, atado a una columna y flagelado. Tú que pasaste por el suplicio de tan gran dolor, para el bien de los hombres y el perdón de sus pecados.

¡Oh Señor! Tú que fuiste despojado de tus vestiduras y fuiste vestido con un manto de púrpura.

¡Oh Señor! Por las muchas burlas que tu santísima persona recibió, Señor, dame la gracia necesaria para hacer con fruto este ejercicio y no volver a pecar, a fin de que pueda gozar contigo en el cielo, a la hora de mi muerte. Se siempre mi guía y salvaguardia.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO

CONSIDERACIÓN

Viendo Pilatos que los judíos continuaban pidiendo la muerte de Jesús, le condenó a ser azotado, pensando que con este castigo se darían por satisfechos sus enemigos. Pero conociendo los judíos que Pilatos, después de este suplicio, quería libertarle, según lo había ya claramente indicado, ganaron a los verdugos, a fin de que le azotaran hasta hacerle perder la vida en aquel tormento. Jesús se despoja de sus vestiduras y abraza la columna dando con esto a los hombres clarísimo testimonio del grande amor que les tenía. Esta con la cabeza inclinada y con el rostro cubierto de rubor, esperando a que se dé principio a aquel gran tormento.

Jesús es azotado por todo el cuerpo cumpliéndose esta palabra del profeta: Y aumentaron más y más el dolor de mis llagas. ¡Oh Jesús mío! Sois el único de mi alma.

 (Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Quinario)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.

ORACIÓN PARA ESTE DIA PRIMERO

¡Oh humildísimo Jesús, adorable víctima de vuestro amor a los pecadores! Que por salvarnos quisisteis sufrir la flagelación de vuestro cuerpo y el odio de vuestros enemigos. Al ver como os flagelaban, llegamos a vuestros pies deseosos de reparar los tormentos y ultrajes, que padecisteis del pueblo ingrato, que os entrego a tal cruel castigo. Aceptad Señor nuestros afectos y haced que no imitemos las malas obras de aquellos desdichados, renovando con nuestra ingratitud vuestra injusta flagelación, antes bien, dadnos vuestra gracia, para ser dignos de vos y alabaros en el cielo. Amén.

DÍA SEGUNDO

CONSIDERACIÓN

La flagelación fue sumamente dolorosa para Jesucristo, pues, como fue revelado a Santa María Magdalena de Pazzis, los verdugos, que se revelaban los unos a los otros de modo que cada golpe hacía una herida. Los golpes llegaron a muchos, tanto que según fue revelado a Santa Brígida, por las heridas se descubrían las costillas de Nuestro Señor. En una palabra, llegaron hacer en él tal estrago, que Pilatos creyó poder mover a compasión a sus mismos enemigos, cuando mostrándoselo desde lo alto de su tribunal, les dijo: Ved aquí el hombre. Y el profeta Isaías predijo ya el lastimoso estado a que debía verse reducido el Salvador en su flagelación, diciendo que su carne debía ser despedazada por nuestros pecados, y quedar su bendito cuerpo como el de un leproso, todo cubierto de llagas.

¡Oh Jesús mío! No permitáis que con mis pecados os siga flagelando todavía y permitidme que conozca vuestro amor. Yo os amo con todo mi corazón y quiero amaros siempre.
           
(Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Quinario)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA SEGUNDO

¡Oh buen Jesús! Que con tan heroica mansedumbre, sufristeis las amarguras de vuestra dolorosa pasión; por lo que os hizo padecer tal cruel castigo, aceptad nuestros corazones penetrados de dolor por las culpas que cometemos, y llenos del más vivo deseo de pagaros la infinita deuda que hemos contraído con vos. Ante vuestra divina y lastima presencia, ofrecemos imitar en cuanto nos sea posible, con el auxilio de la gracia, vuestra mansedumbre admirable. Bendecid estas santas resoluciones, y fortaleced nuestro ánimo para amaros y serviros, y ser dignos de alabaros en la vida eterna. Amén.


DÍA TERCERO

CONSIDERACIÓN

Para expiar nuestras culpas, quiso Jesucristo sufrir en su divina carne la flagelación, siendo por todo el cuerpo llagado. Así pues ¡Oh Señor mió! Nosotros hemos ofendido a Dios, ¿Y vos habéis querido pagar la pena? Bendita sea para siempre vuestra infinita Bondad. Pero si yo pecando he despreciado vuestro amor, ahora deseo solo amaros y ser Vos amado. Sí tengo la confianza de que ya me habéis perdonado, gracias a vuestra Bondad, unidme a vuestro amor y que os ame siempre.

(Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Quinario)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.

ORACIÓN PARA ESTE DIA TERCERO

¡Oh adorable Jesús mió, que perseverastes hasta la muerte, y muerte de cruz, en la generosa resolución de salvarnos a costa de increíbles tormentos! Apiadaos de nosotros que deseamos la santificación y somos tan débiles que no podemos conseguir la virtud de la perseverancia, y ya que con vuestra flagelación y muerte nos comprasteis la eterna vida, haced que siguiendo el ejemplo que nos dais, seamos constantes en practicar el bien, para llegar a veros eternamente en el cielo. Amén.

DÍA CUARTO

CONSIDERACIÓN

No se puede expresar con qué barbarie arrastraron a Jesús: le arrancaron la capa de irrisión de Herodes y le echaron casi al suelo. Jesús abrazó la columna; los verdugos le ataron las manos y comenzaron a flagelar su cuerpo sagrado desde la cabeza hasta los pies. Sus látigos o sus varas parecían  de madera blanca flexible; puede ser también que fueran nervios de buey o correas de cuero duro y blando.

El Hijo de Dios temblaba y se retorcía como un gusano. Sus gemidos dulces y claros se oían como una oración en medio del ruido de los golpes. De cuando en cuando los gritos del pueblo y de los fariseos, cual tempestad ruidosa, cubrían sus quejidos dolorosos y llenos de bendiciones, diciendo: “¡Hacedlo morir! ¡Crucificadlo!”

(Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Quinario)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.

ORACIÓN PARA ESTE DIA CUARTO

Oh Jesús de la Bondad:
           
Tú, que fuiste atado a la columna para ser flagelado por nosotros. Tú, que fuiste centro de nuestras burlas por enseñarnos el buen camino. Te rogamos:  Que aumentes nuestra fe. Que mantengas nuestra esperanza. Que engrandezcas nuestro amor a los demás. Guíanos en el camino hacia el Padre. Guárdanos de las tentaciones, para gozar contigo, junto al Padre y el Espíritu Santo de la vida eterna. Amén.

DÍA QUINTO Y ÚLTIMO

CONSIDERACIÓN

Contemplamos cómo Jesús es atado en la columna. Lo amarraron, a Él que es la Verdad, que nos hace libres. Amarraron físicamente aquél que trae la libertad plena de los corazones y que vino a romper las cadenas y él se dejó atar para vencer tus ataduras, para romper tus cadenas. Y a su Cuerpo Santo le dieron latigazos sin fin. Prácticamente no había una parte del Cuerpo santo de Jesús que no estuviera marcado por la punta del látigo. Todo su Cuerpo era una herida. Pedacitos de carne brotaron de ese cuerpo concebido en el seno de María Santísima y chorritos de sangre salpicaron a los mismos soldados romanos que le estaban flagelando.

“Señor por tus heridas hemos sido sanados” dice el profeta. Por eso Jesús, yo quiero que Tú sangre me purifique y que esa atadura en esa columna, esa flagelación rompa hoy mis cadenas. Señor, que no haya nadie ni nada que me impida hacer la voluntad amorosa del Padre.

(Pídase la gracia que se desea obtener mediante este Quinario)

Para conseguir las gracias que hemos pedido se rezará cinco Padrenuestros, Ave Marías y Gloria, en memoria de las cinco letras del Dulcísimo Nombre de Jesús.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA QUINTO Y ÚLTIMO

Jesús de la Bondad, por este misterio que acabamos de contemplar y por la intercesión de la Virgen María, la Omnipotencia suplicante porque ese cuerpo con el cual sufriste Jesús, fue tomado de María Santísima. Por eso había algo de ella en ti en ese momento de la flagelación. Señor si dos personas que son gemelas sienten una los dolores de la otra, que dolor no habría sentido también ese mundo místico la Virgen María cuando fue flagelado tu cuerpo santo y glorioso.

Bendito seas Jesús de la Bondad por esas heridas, Señor que en este momento traen eficacia salvadora para romper todas nuestras cadenas. Yo lo proclamo así Jesucristo, que no haya nada ni nadie que me aten Señor, que me impidan conocer y hacer tu santa voluntad.