viernes, 17 de enero de 2014

BONDAD Y CONSUELO TODO UN ENCUENTRO



Sin buscarte te encontré, como el que encuentra a su amor detrás de una esquina sin pensarlo. Me quedé quieto contemplando tu cara sin saber ni cómo te llamabas, ni si era la primera vez que recorrías Ciudad Real. La sorpresa se convirtió en emoción, devoción y seguí tus pasos para poder asegurarme de lo que estaba viendo y sintiendo.

Al dejarte pregunté ¿quién es? Y me respondieron “Consuelo” y tu nombre y tu imagen se quedaron grabados en mis oídos y me retinas. Poco a poco supe más de ti y de tu joven cofradía, que nació allá por 1983 y que ese año de 1991 te estrenaban y sacaban a la calle con la ilusión del “bien hacer”.

Al siguiente año fui yo quien te buscó y de nuevo fui sorprendido al comprobar que ya no eras Tú la única, que era tu hijo quien te precedía. Jesús atado a una columna, flagelado, humillado pero con toda la cara llena de amor y bondad. Y la sencillez se hizo esencia y de nuevo sentí la emoción en mi carne cuando sus costaleros le dieron vida, con un saber y un respeto que hicieron conmovernos a todos los presentes. Y después saliste tú Madre de Consuelo y comprobé cuanto te quería tu joven cofradía, dejaste de tener como palio de estrellas para que el terciopelo y la plaza conformaran la belleza de tu paso. Tu manto desbordaba sobre los claveles blancos y de nuevo volví a ver tu cara. Como retener tantos sentimientos en tan poco tiempo.


El año pasado volví a verlos, como quien vuelve a ver a su gente querida. Pero ya iba, hasta cierto punto, en busca de Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo que habían hecho posible que comprendiera el sentido de la Semana Santa. Y los vi salir, los esperé en la Plaza de Santiago y me apretujé en el Pasaje de la Merced para oír la salve y me volví a sorprender ante sus nuevos estrenos, confirmándome que su cofradía vive para darle todo su cariño. Y de nuevo me impregné de tanta emoción para poder recordar a mi regreso tanta belleza.

Este año, si dios quiere, volveré para verlos y sentir la salida, volver a ver sus rostros y rezar una oración ante ellos.

Volveré a ver el buen hacer de sus costaleros, comprobaré sus estrenos, que cada año nos demuestran la gran inquietud de su cofradía. Los esperaré en la Plaza de Santiago ¡qué bello marco! y volveré a apretujarme en el Pasaje de la Merced. Y sobre todo volveré a mi pueblo que es Valdepeñas con la idea de cuánto está haciendo esta cofradía por Ciudad Real, tanto en su faceta de salida como en toda su vida interna. Demostrándonos que a través de una cofradía pasional se puede madurar en la vida de cristianos y a través de ella sentir a Cristo y a María como ejes de nuestra existencia.

Consuelo mío que luces más que el sol
cuando Ciudad Real contempla tu procesión.
Nunca soñaron las malvas tener más brillo que una flor
hasta que el amor les puso manto y palio en tu esplendor
porque tu miércoles fuera, más que de pena de amor
que salieron tú a la calle se está más cerca de Dios.

Publicado por J. A. Simón en el extra  de Semana Santa del  Diario Lanza en el  año 1995 , en su página, 34.