jueves, 16 de enero de 2014

PRIMER ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE NUESTRO CONSILIARIO HONORARIO PERPETUO D. EUGENIO SANCHEZ VEGA



Ayer se cumplió el primer aniversario de la muerte del M. I. Sr. D. Eugenio Sánchez Vega, Consiliario Honorario Perpetuo de la Cofradía. Por este motivo vamos a reproducir parte de la carta dirigida a nuestra corporación nazarena y publicada en la memoria del año 1999, titulada “En el Gran Jubileo del Año 2000” en la cual decía lo siguiente:

Con verdaderos y profundos sentimientos de gratitud, escribo estas líneas para todos vosotros, cofrades y amigos de la Hermandad de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo.

Todos sabéis, desde el primer momento, no solo os abrí las puertas de la Parroquia para albergar vuestra Cofradía, sino también las del corazón.

Me parecía que la Bondad de Jesús y el Consuelo de su Madre, iban a ser un buen cauce por el que Dios haría llegar muchas cosas buenas a nuestra comunidad parroquial “Santo Tomás de Villanueva”.

Y así ha sido, vuestra colaboración y entrega al servicio de la Parroquia y de la Iglesia han superado las ilusiones y esperanzas que en vosotros había puesto.

Juventud y sensatez; dos términos que en la época actual están difícil conjugar unidos, es una de las características de vuestro grupo cofrade. Juventud llena de ilusión y fuerza incapaz de rendirse ante el trabajo y el cansancio, pero si capaz de luchar por la defensa de los más altos valores humanos y cristianos, con la sensatez y madurez que puede dar la pátina del tiempo, es una bendición que el cielo ha querido concedernos a través de vuestros (a través de nuestros) entrañables Titulares.

Seguid trabajando por el camino de la Bondad y el Consuelo reflejados en el Amor al hermano; luz Evangélica para los que andan en oscuridad; y escala que llegue al cielo llevando vuestro culto y oración hasta el Padre de todas las Bondades.

Gracias, muchas gracias por permitirme continuar a vuestro lado como Consiliario Honorario Perpetuo, título que me honra, y me confirma en la esperanza de que siempre me sentiré fortalecido en mis momentos de dolor y soledad con vuestras plegarias al Jesús de la Bondad, y a su Madre, y Madre nuestra, Santa María del Consuelo”.