Continúa el Quinario en honor a Nuestro
Padre Jesús de la Bondad en la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva. Por este
motivo os dejamos las consideraciones que se realizaron ayer en el segundo día del Quinario y la que se realizará hoy.
CONSIDERACIÓN DEL
SEGUNDO DÍA
La flagelación fue sumamente dolorosa
para Jesucristo, pues, como fue revelado a Santa María Magdalena de Pazzis, los
verdugos, que se revelaban los unos a los otros de modo que cada golpe hacía
una herida. Los golpes llegaron a muchos, tanto que según fue revelado a Santa
Brígida, por las heridas se descubrían las costillas de Nuestro Señor. En una
palabra, llegaron hacer en él tal estrago, que Pilatos creyó poder mover a
compasión a sus mismos enemigos, cuando mostrándoselo desde lo alto de su
tribunal, les dijo: Ved aquí el hombre. Y el profeta Isaías predijo ya el
lastimoso estado a que debía verse reducido el Salvador en su flagelación,
diciendo que su carne debía ser despedazada por nuestros pecados, y quedar su
bendito cuerpo como el de un leproso, todo cubierto de llagas.
¡Oh Jesús mío! No permitáis que con mis
pecados os siga flagelando todavía y permitidme que conozca vuestro amor. Yo os
amo con todo mi corazón y quiero amaros siempre.
CONSIDERACIÓN
DEL TERCER DÍA
Para expiar nuestras culpas, quiso
Jesucristo sufrir en su divina carne la flagelación, siendo por todo el cuerpo
llagado. Así pues ¡Oh Señor mió! Nosotros hemos ofendido a Dios, ¿Y vos habéis
querido pagar la pena? Bendita sea para siempre vuestra infinita Bondad. Pero
si yo pecando he despreciado vuestro amor, ahora deseo solo amaros y ser Vos
amado. Sí tengo la confianza de que ya me habéis perdonado, gracias a vuestra
Bondad, unidme a vuestro amor y que os ame siempre.